El Centro de Derechos Humanos de la UCAB publicó el Informe “(NI) DE AQUÍ Y (NI) DE ALLÁ. Situación de la población colombiana retornada, binacional e indígena transfronteriza”, en el que se analiza, desde una perspectiva de derechos humanos, el retorno de personas colombianas, al igual que ciudadanos binacionales de segunda y tercera generación. Adicionalmente se considera la situación de reasentamiento de personas pertenecientes a pueblos indígenas transfronterizos, del lado colombiano de su territorio.
El estudio destaca que el retorno de personas colombianas procedentes de Venezuela no se corresponde con el flujo típico de quienes regresan a su país de origen de forma voluntaria y planificada, sino que se trata de un retorno forzado por circunstancias adversas, además de campañas estigmatizantes y acciones puntuales de parte del Ejecutivo venezolano, que contempló la expulsión masiva de colombianos en 2015. La mayoría de estas personas había llegado inicialmente al país por el conflicto armado colombiano, la violencia, la falta de oportunidades laborales y la búsqueda de una mejor calidad de vida. Entre abril de 2013 y agosto de 2015, portavoces del gobierno de Maduro emitieron, en 24 oportunidades, expresiones despectivas en perjuicio de los colombianos.
Ligia Bolívar, investigadora asociada del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Nosotros hemos identificado en el Centro de Derechos Humanos tres categorías diferentes de personas que se ubican en la frontera y por su movimiento entre ambos países. En primer lugar están los colombianos, que migraron a Venezuela desde hace varios años y que ahora regresan a su país de origen. La segunda categoría son los hijos de esos colombianos que también están regresando a su país y no se les puede llamar retornados porque nunca vivieron en Colombia, sino que están entrando por primera vez al país de sus padres. La tercera categoría es la de las personas indígenas que están viviendo en territorios alrededor de la frontera”, dijo Bolívar.
En categoría dos hay un caso ningún singular, porque se consideran venezolanos al nacer en el país, pero también son colombianos debido a la nacionalidad de sus padres.
“Ellos se sienten colombianos y venezolanos. El problema es que ninguno de los dos países los reconoce como ciudadanos. Por eso los catalogo que no son de aquí ni de allá. El problema es quela legislación colombiana obstaculiza el reconocimiento de estas personas como nacionales colombianos. Para ello necesitan una apostilla de documentos. Allí comienzan todos los problemas, porque esas personas debieron ser registradas en el Registro Civil de Venezuela. Deben tener un documento que sea reconocido en el consulado colombiano y debe tener la apostilla, pero muchos llegan sin esos documentos por la dificultad de los trámites en Venezuela”, relató la experta.
Finalmente, Bolívar afirmó que el estado venezolano no reconoce a esas personas como nacionales, porque hay un alto grado de informalidad.
“Quizás sea porque ingresaron a Venezuela sin documentos y por eso tenían temor en registrar a sus hijos. Son personas que llegaron informalmente, nunca tuvieron un documento venezolano y tampoco acudieron a un consulado. Hay que buscar soluciones para estas personas”, puntualizó Bolívar.
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