El Gobierno de Argentina sumó este miércoles el apoyo de los Ejecutivos provinciales para controlar el cumplimiento de la congelación de los precios de alimentos, una medida que busca poner freno a la inflación pero que genera controversia en el sector empresarial.
Una veintena de gobernadores firmaron este miércoles un acuerdo con el Ejecutivo de Alberto Fernández por el que se compromete a fiscalizar y, eventualmente, sancionar incumplimientos a la resolución adoptada el pasado 19 de octubre
Esa resolución obliga a retrotraer al 1 de octubre pasado y congelar hasta el 7 de enero próximo los precios de 1.500 productos de consumo masivo, principalmente alimentos, pero también productos de higiene personal y de limpieza.
Camilo Tiscornia, economista y director de C&T asesores económicos, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Lamentablemente es un tipo de medida que se ha tomado muchas veces en Argentina porque hemos vivido mucho tiempo con una alta inflación, y muchas veces se intentó ir por el lado del congelamiento de precios. Eso es frenar los precios para que no haya inflación. Lo que pasa es que eso no resuelve la problemática. Esta medida hay que entenderla en el contexto político en el que estamos y que estamos a escasas semanas de elecciones de medio término, donde se espera que al gobierno le vaya bastante mal. Como la inflación es uno de los temas centrales, el gobierno optó por este mecanismo bastante tosco y que sabemos que a la larga no resuelve nada”, dijo Tiscornia.
El economista señaló que en muchas oportunidades se ha aplicado el congelamiento de precios en Argentina y solo ha generado una reducción transitoria de la inflación.
“Estos congelamientos no se pueden sostener porque las empresas no van a funcionar a pérdida, y cuando se sinceran los precios de los productos se produce un salto de la inflación. En todo caso, lo mejor que genera esta medida, es postergar en el tiempo el aumento de los precios”, agregó.
El objetivo de Alberto Fernández es detener la inflación por lo que resta del año y tratar de sacar un buen resultado en las elecciones de medio término.
“Todo lo que tenga que ver en política económica, tiene un primer vencimiento el día después de las elecciones del 14 de noviembre. Lamentablemente la situación macroeconómica de Argentina es muy desordenada, la inflación es una de sus manifestaciones, pero vemos que la actividad económica no crece mucho, hay varios tipos de cambio y hay una serie de problemas, que seguramente conlleven a algún cambio en política económica”, destacó.
En uno de los más recientes discursos del presidente Fernández, enfatizó que Argentina no se arrodillaría ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“El tema del FMI es complicado y en varios países de Latinoamérica ese organismo nunca es bien visto, y menos aún entre la gente que apoya al gobierno. Parte de este discurso hay que entenderlo como una estrategia para retener su base de votantes que se ha visto muy erosionada. En este sentido, muchas medidas que se han tomado están dirigidas al público del gobierno. También está relacionado en cómo el presidente Fernández está conversando con el FMI, porque muchos directivos de la organización están exigiendo un plan macroeconómico viable, serio y con compromisos fiscales”, puntualizó.
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