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¿Está Nayib Bukele yendo en contra del estado de derecho en su proceder contra los pandilleros salvadoreños?

A rastras y semidesnudos: así fue el impresionante traslado de 2.000 pandilleros a una mega cárcel en El Salvador. Totalmente rapados y con solo una pantaloneta blanca fueron llevados los miles de pandilleros. “Esta será su nueva casa, donde vivirán por décadas, mezclados, sin poder hacerle más daño a la población. Seguimos la guerra contra las pandillas”, fue el mensaje del presidente Nayib Bukele.

Esta prisión «tendrá espacio para 40.000 terroristas, quienes estarán incomunicados del mundo exterior», agregó.

El politólogo Ángel Álvarez abordó el tema en el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.

“Mi preocupación principal, después de 40 años estudiando estado de derecho y democracias en América Latina, y publicando sobre el tema, es básicamente tratar de contribuir a educar al público, en torno a un tema que es crucial. No es posible construir democracia sin estado de derecho, no es posible construir estado de derecho, sin una ciudadanía liberal y que respete la ley como único mecanismo para ponerle límites al uso autoritario al poder. Cualquiera que sea el régimen tiránico, el problema es que no es posible construir estado de derecho mientras esté en el poder”, indicó Álvarez.

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Para el experto, lo que ocurre es que se trata de un grupo de personas, que muchos pueden ser delincuentes probados.

“Otros son acusados, pero cualquiera que sea el estatus legal de la persona, la única diferencia que hay entre ellos y el estado, es que el estado debe respetar sus derechos. Cuando el estado no respeta el derecho de las personas, no hay diferencia entre un estado y un delincuente. Entonces se transforma el derecho en el ejercicio de la venganza personal. Así funciona la guerra civil y la violencia descarada, pero no un estado de derecho”, apuntó.

Finalmente, Álvarez destacó que el ciudadano latinoamericano mayoritario, por regla general, tiene una relación clientelar o vengativa del poder.

“Eso ocurre con el chavismo en Venezuela y Perón en Argentina. En la medida que los latinoamericanos no entiendan que su relación con el poder debe ser controlada por las normas del derecho, no tendremos nunca democracias en vías de desarrollo”, puntualizó.