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¿Están los venezolanos indefensos ante la corrupción y la extorsión de alcabalas en carreteras y ciudades?

Muchas denuncias han trascendido sobre los puntos de control en las carreteras venezolanas. Transportistas de carga pesada, productores y ciudadanos comunes han sido víctimas de cobro indebido por parte de algunos funcionarios militares y policías corruptos.

La periodista de la Voz de América, Carolina Alcalde, abordó el tema en el programa Día a Día conducido por César Miguel Rondón.

“Esta es una situación que se ha presentado desde hace muchísimos años y ahora con más frecuencia lo ha denunciado Fedeagro. Ellos dicen que en más de 17 años se ha ido presentando esta situación que en distintas alcabalas o puntos de control detienen a transportistas, les piden los documentos y aunque estén en regla, le piden algún dinero o productos que transportan. Esto se debe a la mala situación económica que atraviesan o a los bajos sueldos que perciben, pero ya se ha vuelto una extorción para muchos transportistas. Un transportista comentaba que desde Mérida hasta Caracas pasan por 30 alcabalas. Es decir, son 30 kilos de comida los que deben dejar”, dijo Alcalde.

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La periodista señaló que esto se traduce en pérdidas para ellos y que también se incrementa el precio del consumidor final.

“Esto también le ocurre a ciudadanos de a pie que hoy se movilizan por las carreteras venezolanas y ya se ha hecho llamado de atención a las autoridades”, agregó.

Hay testimonios que cuentas personas y afirman que muchos funcionarios son sinceros y dicen que el sueldo no les alcanzan.

“En otras ocasiones piden una colaboración, para el aguinaldo o el refresco”, explicó.

Hay testimonios que esta extorsión no solo ocurre en las carreteras, sino en las calles de Caracas, Valencia y otras ciudades.

“Hay distintas modalidades. En las ciudades, los funcionarios tienden a detener a las personas para pedir los documentos reglamentarios, cédula, licencia, certificado médico, y cuando todo está el día, comienzan a pedir otros documentos y dicen que van a retener los vehículos. Entonces, para evitarse la molestia, las personas terminan entregando dinero.