Globalización Vs Regionalización

FA/CMR

Los Baby boomers hemos vivido como pocos la globalización. Tenemos aparatos en casa de la China, carros coreanos en Caracas, ropa cocida en vietnam, franelas con algodón peruano, chips de taiwán en nuestros aparatos móviles. La cadena de personas y sociedades que intervienen en cada elemento que nos rodea son múltiples y muy diversas. Mucho se ha criticado la dependencia que esto ha supuesto para algunas naciones. Ahora un libro sobre el tema nos ofrece nuevas luces.

Se trata de The Globalization Myth: Why Regions Matter, de Shannon K. O’Neil, quien es vicepresidenta de estudios y miembro principal de Nelson y David Rockefeller para estudios latinoamericanos en el Consejo de Relaciones Exteriores.

En él O´Neil detalla no sólo la fuerza del intercambio internacional. “Los números muestran la magnitud del intercambio internacional. El comercio entre todos los países ronda los 20 billones de dólares, casi diez veces más que en 1980. Los flujos de capital internacional también crecieron exponencialmente durante ese período, de 500.000 millones de dólares al año a más de 4 billones de dólares”

Sin embargo, O´Neil aclara que “la sabiduría convencional sobre la globalización está equivocada. En los últimos cuarenta años, a medida que las empresas, el dinero, las ideas y las personas se fueron al extranjero, la mayoría de las veces buscaron regionalmente en lugar de globalmente”. 

Así es como describe The Globalization Myth: Why Regions Matter el surgimiento de tres importantes centros regionales en Asia, Europa y América del Norte y asegura que las tendencias tecnológicas, demográficas y geopolíticas actuales buscan profundizar estos lazos regionales. 

O’Neil argumenta que esto tiene implicaciones urgentes para Estados Unidos. La regionalización ha mejorado la competitividad económica y la prosperidad en Europa y Asia. Podría hacer lo mismo por Estados Unidos, si tan solo aceptara a sus vecinos.

Es la regionalización la que se está convirtiendo rápidamente en la nueva globalización. Y advierte por qué la clave para la competitividad industrial contínua de Estados Unidos no radica ni en la relocalización de «Estados Unidos solo» ni en la deslocalización del laissez faire, sino en la deslocalización cercana” 

Voltear a sus vecinos o como diría Adam S. Posen, presidente, Instituto Peterson de Economía Internacional “El llamado de Shannon O’Neil para ‘más NAFTA y menos ‘America First” es oportuno, constructivo y pragmático… presenta un caso práctico para una estrategia económica estadounidense que funcionaría en un mundo dividido más en bloques” 

El Covid y le geopolítica han delineado también estas urgencias. Por ejemplo, Generac Holdings, un fabricante de generadores de energía, comenzó a trazar planes para trasladar parte de la producción desde China, y cuando llegó la pandemia, esos planes se sobrealimentaron. La compañía ahora obtiene más piezas de proveedores en los EE. UU. y México, produce más generadores cerca de su sede en las afueras de Milwaukee y opera una nueva planta en un pequeño pueblo al norte de Augusta, Georgia. Su director de operaciones, Tom Pettit afirma que Querían estar más cerca de sus clientes en el sureste. “Los bajos costos de envío y los rápidos tiempos de entrega están demostrando ser un éxito entre los clientes y allanan el camino para que la empresa siga creciendo”

Señala el medio Bloomberg, que “Conmocionados por la ola más reciente de estrictos bloqueos de Covid en China, el centro de fabricación elegido durante mucho tiempo por las multinacionales, los directores ejecutivos han estado destacando planes para reubicar la producción, utilizando las palabras de moda deslocalización, relocalización o deslocalización cercana, a un ritmo mayor este año de lo que incluso lo hicieron en los primeros seis meses de la pandemia”