Este sábado dos grupos convocaron a marchar por las calles de Iquique con la migración como centro de las consignas. Uno de ellos, en defensa de los migrantes extranjeros, y el otro contrario a la recepción de migrantes ilegales.
José María del Pino, periodista para medios internacionales, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“La situación es que miles de migrantes venezolanos están cruzando ilegalmente la frontera y lo hacen desde el desierto de Atacama y por eso llegan a la ciudad de Iquique. Más de 23.000 migrantes venezolanos han cruzado la frontera irregularmente y se apostan en esa ciudad de Chile”, dijo del Pino.
El periodista comentó que no ha habido una respuesta oportuna de las autoridades para solventar la situación.
“Hay una ausencia absoluta del estado. El estado está apuntando que todos los venezolanos pueden ingresar de manera regular, por eso se estableció la política de visados. Sin embargo, vemos que no todos llegan de forma regular y los venezolanos que cruzan el desierto para ingresar a Chile llegan con una precariedad absoluta. Los vecinos de Iquique dicen que no son xenófobos y no quieren que los identifiquen con la quema de pertenencias en plaza Brasil, pero lo cierto es que están hartos de los migrantes que están las calles, que no tienen a dónde ir y hacen sus necesidades en la calle. Es una migración que viene con una situación extrema y nadie se hace cargo”, agregó.
Del pino destacó que el argumento del gobierno es que entraron por los caminos irregulares y no tienen contemplado realizar un campamento migratorio.
“Los migrantes quedan en tierra de nadie y eso es grave. Todos los días hay peleas entre migrantes y los vecinos de Iquique. Hay una sensación de angustia y polémica. Nadie se hace cargo de los 23.000 venezolanos que llegaron irregulares y viven en la clandestinidad”, apuntó
Hasta el momento, la única solución que ha ofrecido el gobierno chileno es reforzar la vigilancia en la frontera.
“Muchos venezolanos salieron de su país caminando, cruzaron por Colombia, Ecuador, llegaron a Bolivia y de allí unos coyotes los pasaron a Chile. Aumentar la vigilancia en la frontera no funciona. La presión de la sociedad civil es que se cree un campamento mientras que se ve que hacen con ellos, porque no pueden vivir en la calle. Iquique no tiene cómo mantener a tantos migrantes”, puntualizó del Pino.
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