Foto: EFE
El periodista Rafa de Miguel, corresponsal en el Reino Unido e Irlanda para El País, aseguró este jueves que han habido tres reacciones fundamentales tras la reciente decisión del Gobierno británico de aprobar la vacuna de Pfizer y comenzar su aplicación en los próximos días.
“Los medios y la clase política han tenido una reacción de euforia”, sostuvo el periodista en entrevista con Cesar Miguel Rondón para Día a Día.
Sin embargo, De Miguel también apuntó que la ciudadanía ha reaccionado con dudas y consultas referentes a la inmunización.
“Empiezan a preguntarse quiénes serán los primeros en recibir esa vacuna, cuán segura es su aplicación, cuáles son los posibles efectos secundarios y dónde hay que anotarse para recibirla”, explicó.
Por otro lado, el periodista sostuvo que una tercera respuesta llegó por parte de los vecinos europeos de los británicos, quienes no han recibido con tanta alegría la noticia de la inyección.
“El resto de países del continente europeo ven con recelo esta decisión del Reino Unido, porque de algún modo pone en marcha ese nacionalismo de las vacunas tan temido durante muchos meses en Europa. Es esa competición entre los países por ver quién es el primero en empezar a aplicar un remedio a esta pandemia ”, manifestó.
Rafa De Miguel apuntó que la administración de la vacuna requerirá una logística complicada debido al proceso de almacenamiento de la droga.
“La vacuna necesita mantenerse a temperaturas extremadamente bajas. Menos 70 grados centígrados. Aunque Pfizer ya ha desarrollado unos contenedores con sensores térmicos que permiten transportarla gracias a la ayuda del hielo seco”, especificó.
Pese a lo anterior, el periodista añadió que Sanidad ya ha comenzado a organizarse. Se espera que en principio se distribuyan las vacunas en tres centros de localización distintos.
De Miguel mencionó: los hospitales, estadios/centros de convenciones y farmacias o consultorios médicos.
“Será gratuita la aplicación. No se puede comercializar esta vacuna. La primera vacunación se va a realizar siempre bajo el control público”, continuó diciendo el reportero de El País.
Entretanto, reiteró que los reguladores ingleses llevaron a cabo un proceso riguroso para la aprobación de la vacuna, en el que han admitido que no hubo “ningún atajo”.
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