Hay personas que parecieran que tienen la necesidad de creer en algo más allá de la realidad. Creen en sociedades secretas, en conspiraciones, en que el mundo se rige desde la oscuridad. No obstante, no se sabe si la creencia a las teorías conspirativas es por fanatismo, culto, ignorancia o adicción a lo desconocido.
Rómulo Aponte, psiquiatra, sexólogo, y premio nacional de psiquiatría, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“En el tema de las conspiraciones y adicciones hay elementos comunes, pero cada una tiene su propia identidad desde el punto de vista de la psicopatología de los seres humanos. Las conspiraciones tienen un elemento paranoico y hacen mella en las personalidades paranoides, desconfiadas, suspicaces y celosas, tiene el esquema mental del abuso. Las personas con este esquema mental piensan que están rodeados de enemigos y que tienen que estar siempre a la defensiva para evitar los supuestos ataques contra su persona e intereses”, dijo Aponte.
El experto explicó que en la paranoia hay un elemento de mucha debilidad en la persona de baja autoestima y de inseguridad personal.
“Por eso aparece el elemento de suspicacia y actitud defensiva. Eso crea vulnerabilidad en las personas para que crean en las teorías conspirativas”.
Para Aponte, todo aquel que cree en conspiraciones está paranoico.
“Está la paranoia enfermiza de la desconfianza y la actitud defensiva y de ver enemigos en cualquier momento. Esa desconfianza instalada tiene connotaciones políticas, también está la paranoia en las relaciones interpersonales y se manifiesta en los hombres y mujeres celosos. De tal manera que estamos hablando de un componente psicopatológico”, añadió el doctor.
El especialista enfatizó que la irrealidad puede llegar a ser delirante. “Eso equivale a un componente psicótico. Los más vulnerables a ser contagiados por esta desconfianza paranoica, son las personas inseguras. El origen de la paranoia se ubica en los traumas tempranos de abuso, ya sean abuso físico, sexual y emocional. Muchos niños sufrieron de abusos y se convirtieron en hombres y mujeres desconfiados. En ocasiones los seres humanos andamos por la vida con actitudes muy irracionales”.
El doctor comentó que políticamente se infunde el miedo en las sociedades para que las personas sean más manipulables.
“Es una estrategia de dominio, porque las personas con miedo se refugian en otra que consideran más fuerte. Las personas con miedo tienen una dependencia con el supuesto líder mesiánico que va a resolver sus problemas. El ejercicio dictatorial se mantiene a expensas del miedo”, puntualizó Aponte.
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