En la mayoría de las regiones de los Estados Unidos la temporada de VRS ocurre cada año durante el otoño, invierno y primavera. Si usted tiene contacto con un bebé o niño pequeño, especialmente si el niño nació prematuro, es muy pequeño, tiene enfermedad cardiaca o pulmonar crónica, o tiene el sistema inmunitario debilitado, debe tomar medidas adicionales para mantener sano al niño.
El doctor Leopoldo Córdova Romero, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“El VRS es el virus respiratorio Sincitial, es un virus que ha existido, pero lo que sucede es que es común y por eso mucha gente la desconocen. Los pediatras la conocemos porque es una enfermedad típica de la infancia, de los primeros dos años de vida, y los pacientes más frágiles son los de 6 meses y los prematuros, que pueden complicarse con un cuadro llamado bronqueolitis, que es una inflamación bronqueal. La mayoría de estos casos se presenta como una gripe normal”, dijo Córdova Romero.
El doctor afirmó que este virus se caracteriza por un virus de clima frío.
“Generalmente, se presenta en los meses de octubre, noviembre y diciembre. Se ve mucho en comunidades cerradas como en guarderías. Es preocupante para los pediatras en los niños prematuros, porque la infección puede ser grave. La mayoría de las personas la tienen como una gripe normal. Estamos hablando de esto, porque hay un aumento de casos de este virus respiratorio”, agregó.
El especialista comentó que el virus no circuló en el año 2020 por la pandemia y ahora está encontrando un terreno fértil, que son esos niños que no les dio en un momento dado y no están protegidos.
“La alarma es que esta es una enfermedad que hay un millón de casos al año, pero se han visto 58.000 casos hospitalizados y el 1% de estos casos pueden ser graves. No tiene la severidad del coronavirus, pero es muy fácil contagiarse a través de las secreciones y el estornudo. Las medidas preventivas son las mismas del COVID-19”, añadió.
Los síntomas son los mismos de una gripe: congestión nasal, tos, estornudos, fiebre y dura tres o cuatro días.
“Si el niño está decaído, soñoliento y tiene dificultad para respirar, hay que llevarlo al médico”, enfatizó.
Finalmente, Córdova Romero destacó que lo más importante que los niños susceptibles hay que mantenerlos fuera de contactos con otros que puedan estar enfermos.
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