Imagen de cédulas venezolanas. Foto: Saime.
La crisis venezolana ha dejado a muchos niños sin posibilidad de obtener sus documentos de identificación y la pandemia del coronavirus ha incrementado esta problemática. Desde el inicio de la cuarentena las oficinas del Saime continúan cerradas.
Carlos Trapani, abogado y coordinador del programa de Buen Trato de Cecodap, explicó qué implicaciones tiene esto en la vida de un menor de edad.
«Nosotros en Cecodap hicimos un monitoreo en 13 oficinas de registro civil entre el 17 y el 21 de agosto de 2020. Encontramos una gran parálisis. La pregunta es por qué a siete meses de la pandemia no hay ninguna directriz que de uniformidad al funcionamiento del registro civil. Encontramos que cinco oficinas estaban abiertas y ocho cerradas en semana de flexibilización radical».
Trapani recordó que no es solo es la expedición de partidas de nacimiento lo que está detenido sino también procesos importantes como adopciones.
«El registro civil es lo más cercano a la cotidianidad de la gente», agregó.
Además, el experto subrayó que el estudio de Cecodap es limitado, pues por motivos de movilidad solo se pudo hacer en Caracas y Miranda. Lo que ocurre en el interior del país también es una situación compleja.
«Si el niño emigró solo con su pasaporte y no tiene edad para su cédula de identidad, ese niño no se puede identificar. Porque al cumplir los nueve años de edad la ley exige que para la emisión del pasaporte debe tener cédula», expuso Trapani.
De acuerdo con su explicación, esto es algo que ya se ha denunciado ante las autoridades en otras oportunidades.
«Implica que el niño no solo es expulsado del país, sino que también está privado de su identificación».
El venezolano está hoy a la deriva de su identidad, señaló el especialista en derecho.
«Cada familia está tratando de resolver con lo que tiene a su alcance. Por eso hay muchos migrantes que viajan sin ningún tipo de identificación, no porque no la quieran sacar».
«Es la violación más grave de derechos humano», aseguró el abogado, añadiendo que la identificación es «lo más importante» para la vida de una persona.
«A partir de allí se activan otros derechos. El derecho a un nombre, a una familia. La partida de nacimiento es el acto jurídico para un niño más trascendente. Hemos exigido que el Estado haga su trabajo. Necesitamos que el Estado reconozca que hay problemas. Si no lo hace, tenderán a agravarse».
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