Faltan menos de 5 meses para las elecciones parlamentarias convocadas por el régimen de Nicolás Maduro, unas elecciones que la comunidad internacional y la oposición venezolana no reconocen.
El presidente interino, Juan Guaidó, ha dicho que no participarán en una «farsa electoral». Sin embargo, la oposición se muestra dividida y no tiene una estrategia para enfrentar los posibles escenarios políticos que se avecinan.
La estratega política y CEO de Datastrategia, Carmen Beatriz Fernández, afirmó que «la oposición venezolana está en un escenario que no le favorece. Si participa en la elección, corre el riesgo de avalar unas votaciones írritas. Y si no participa, corre el riesgo de convertirse en un actor irrelevante».
Fernández abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
«La oposición venezolana está en una disyuntiva, donde todos los caminos parecieran arrojar desenlaces negativos. Hay algunas posibilidades de salirse un poco del dilema de votar o no votar. Hay que pensar en otras opciones que no sean las que diseñó deliberadamente el régimen. Pensar fuera de la caja es lo que han hecho algunos proponentes de ese tercer escenario de la continuidad administrativa, que implicaría que los parlamentarios continúen ejerciendo sus roles. Ese camino tampoco podría dar resultados buenos y el desenlace podría ser igual al Tribunal Supremo de Justicia en el exilio. Esos proponentes también te hablan de invocar al TIAR y llamar abiertamente a una intervención multilateral de fuerza, algo que parece inviable en estos momentos», dijo Fernández.
La oposición se ve sin poco margen de maniobra, ante la jugada del régimen de Maduro de convocar las elecciones de la Asamblea Nacional.
«Esta jugada va directo al jaque de la oposición, pero también del chavismo. La dinámica perder-perder, ha sido tan fuerte en Venezuela en los últimos años que el chavismo no está en una mejor situación tampoco. Maduro está en una situación muy complicada. Él convoca elecciones porque desea recuperar algo de legitimidad y reconocimiento que ha perdido», agregó la analista.
Sin embargo, Maduro actúa como si no le importara lo que diga la comunidad internacional y pareciera que ya no se ve afectado por las sanciones.
«Maduro y Cuba son unos obsesos de mantenerse en la silla. Es algo suicida. Cada vez que ha sobresalido una pequeña rendija de esperanza de la sociedad, Maduro reacciona dando un paso hacia el frente sin importar si cae en un abismo. Lo que hay que apelar es a la nomenclatura no suicida dentro del régime», resaltó Fernández.
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