¿Importaciones de privados evitarían escasez de gasolina en Venezuela?

Celia Herrera, miembro de la Sociedad Venezolana de Ingeniería de Transporte y Vialidad (Sotravial), aseguró este lunes que permitir la intervención de manos privadas en la importación de gasolina, podría solucionar los problemas de escasez en ese país. 

En una entrevista para el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón, Herrera afirmó que de esa manera funcionaba antes la industria del combustible en el país. 

La ingeniera civil indicó que, a pesar de que la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) hoy conforma un monopolio, anteriormente estaciones de servicios de empresas como Shell o Texaco podían verse en territorio venezolano.  

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«Era una sistema de negocio», explicó, en donde el Estado le suministraba combustible a las compañías privadas y estas lo compraban para posteriormente ofrecerlo a un precio fijado por el mismo mercado.

«Por oferta y demanda. Como pasa en la mayor parte del planeta», señaló.

De acuerdo con Herrera, esto tendría mucho sentido en la situación actual de Venezuela dado que la presunta degradación de PDVSA hoy imposibilita el suministro. 

«El precio oficial de la gasolina absurdamente bajo pero en el mercado negro de consigue en 4 dólares el litro”, añadió.

En comparación, Herrera apuntó que en República Dominicana, un país que no es productor petrolero, el litro de combustible se vende por tan solo 0.83 dólares. 

UN CAMBIO RADICAL DEL SISTEMA

Para la experta en transporte y vialidad, la única solución para el problema de fondo «es que haya una administración pública eficiente». 

Asimismo, alertó que los agricultores venezolanos están viviendo una crítica situación en medio de la pandemia.

«En algunas zonas han tenido que volver a utilizar burros y carretas para trasladar los insumos hasta los centros de distribución», apuntó.

Según Celia Herrera, si el país no estuviese obligado al confinamiento, de igual forma la economía estaría paralizada; dado que el racionamiento de gasolina en toda Venezuela, ya casi era inevitable –con o sin– coronavirus.