Por primera vez, una mujer, Izkia Siches, será ministra de Interior en Chile, una cartera de primera línea que tiene a su cargo la conducción política y la seguridad pública. La nieta de Salvador Allende, Maya Fernández, ocupará el ministerio de Defensa, en un gesto simbólico y político considerando el trágico golpe militar de 1973.
Asimismo, con el nuevo Gobierno, a su vez, regresa el Partido Comunista a la primera línea del poder político, un espacio que no ocupaba desde la Unidad Popular de Allende. Lo hará con Camila Vallejo en la vocería, uno de los cargos de mayor relevancia de La Moneda
, y con la integración de dos militantes comunistas al frente de las carteras de Ciencias y Trabajo.
El Ejecutivo de Gabriel Boric debuta a su vez con la incorporación del mundo socialista, que no pertenece al bloque de origen que lo llevó a la presidencia, pero que ha sido incluido en esta nueva coalición.
Jorge Gómez Arismendi, periodista chileno, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
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“El gobierno entrante apunta a un relato que está tratando de conformar y que ya venía construyendo desde la campaña. Boric apunta a tres ejes esenciales. Primero, a un cambio generacional importante, a la construcción de un gobierno feminista, y trata de establecer con un nexo histórico con lo que fue el proyecto de la Unidad Popular, en contraste con lo que vino posteriormente que fue la dictadura de Pinochet y la transición a la democracia. Son tres ejes con los cuales se trata de construir un relato de un nuevo gobierno y de una nueva forma de gobernar”, dijo Arismendi.
Muchos analistas afirman que Boric corren con la suerte de que Fidel Castro está muerto, en alusión a la larga visita que Castro le hizo a Salvador Allende, que duró más de un mes y que para muchos fue el detonante de su caída.
“En el caso de este gobierno actual y la coalición del Frente Amplio, hay varias almas dentro de este grupo. Esto genera críticas a una ambigüedad a ciertos asuntos. No obstante, Boric ha tomado una posición clara en varios asuntos, como por ejemplo con Venezuela, rechazando a Nicolás Maduro. Hay una tensión interna dentro de esta coalición para ver hacia qué camino se lleva a Chile. Lo que se plantea es llevar a Chila hacia una socialdemocracia moderna. El dilema será si se cumple a cabalidad”, agregó.
Finalmente, en cuanto a la posición que tiene el Partido Comunista de Chile en la coalición gobernante, Arismendi destacó que la formación política ha trabajado por muchos años el poder posicionarse en puesto de poder importantes.
“Dentro de esta coalición, el Partido Comunista tiene una alta presencia y tiene instancias importantes en la toma de decisiones
