Tras su detención durante las protestas en contra del Gobierno, la agencia iraní Mizan ha informado de que el futbolista Nasr-Azadani ha sido sentenciado a 16 años de cárcel por el delito “enemistad contra Dios” y a otros dos cargos con penas de 5 años de prisión cada uno.
Sofía Scally, licenciada en relaciones internacionales, abordó el tema en el programa En Conexión Radio, conducido por César Miguel Rondón.
“El término específico es un delito contra Dios u odio contra Dios, lo que es muy grave. En este caso, en Irán no hay separación entre religión y Estado, por eso se aplica la ley religiosa. El futbolista se ve sentenciado a tantos años de cárcel, en primer lugar por protestar por el asesinato de la mujer kurda. También se le acusa de pertenecer a una organización ilegal y de matar a tres oficiales militares. Estos motivos implican traición a la patria y el delito de odio a Dios, algo arbitrario porque nadie puede establecer el odio a Dios”, dijo Scally.
Ver más: ¿Tiene Bolsonaro responsabilidad política en el asalto al Congreso y al Supremo Tribunal Federal en Brasil?
Para la experta, el odio a Dios podría considerarse como el odio a los clérigos que gobiernan Irán.
“Lo podemos ver así, porque si supuestamente odias a Dios, se considera el odio al régimen mismo”, apuntó.
Finalmente, la internacionalista destacó que el futbolista se libra de la orca, porque el objetivo del régimen es amenazar y asustar a la población iraní.
“Al régimen ya no le quedan cartas que jugar. Después de tres meses de protestas y una situación social que desborda, tendrán que replantearse y cambiar algo internamente. El hecho de que un futbolista de primera división haya evitado la pena de muerte, tiene que ver con que es una figura pública. Más allá de que el sindicato de jugadores pidió que no lo mataran, hay un tema de visualización que el régimen iraní no le conviene”, puntualizó.
