Una de las situaciones más difíciles de la vida, debe ser vivir con un familiar que padece una adicción. En ocasiones los familiares no saben cómo actual o cómo ayudarlo. Algunos quieren comprenderlo y lo cubren emocional y financieramente, mientras que otros lo recriminan. Lo cierto, es que ninguna de las conductas es correcta.
David Sheff, periodista y escritor, quien escribió un libro sobre la adicción de su hijo, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Mi hijo Nick empezó a los 11 años fumando marihuana. En ese momento, todos lo tomaron de una manera muy natural. Incluso los profesores en la escuela decían que no era gran cosa. Sin embargo, poco después le dieron a probar metanfetaminas, y ahí la situación cambió por completo y entró en crisis en la adolescencia”, dijo Sheff.
El escritor señaló que Nick era un joven simpático, cordial y de buen humor.
“Tenía amistades y de pronto se convirtió en un muchacho solitario, amargado, tosco y depresivo. Cometí el error de la mayoría de los padres, que es entrar en la negación. En ese proceso de negación, decía que solo era un adolescente y cuando pase esa etapa cambiaría. Sin embargo, todo comenzó a agravarse. Una noche salió a buscar metanfetaminas y no regresó. En ese momento, mi esposa y yo nos dimos cuentas que estábamos ante algo realmente grave. Llamamos a los hospitales, a la policía y a todos lados. Nick apareció tres días después y cuando apareció era otra persona. Estaba sudoroso, pálido, temblaba y nos dimos cuenta que nuestro hijo estaba en serias dificultades”, relató.
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El periodista también agregó que Nick tenía 17 años, cuando el padre lo encontró luego de esas tres noches fuera de casa.
“Él tenía algunos comportamientos normales, por ello cuando desapareció nos preocupamos tantos. Cuando lo encontré me dijo que había cometido un error terrible y que había probado una droga nueva llamada metanfetamina. Prometió que no lo haría más y buscamos ayuda profesional. Después nos dimos cuenta que había mentido y que no era la primera vez que había probado metanfetaminas muchas veces anteriores. Es como un tren que va avanzando a mayor velocidad. Nick no estaba buscando la metanfetamina para divertirse en una fiesta, era una necesidad compulsiva, ya era un adicto en firme. Comenzó a robar a casa de los amigos para comprar la droga”, explicó.
Finalmente, Sheff contó que una vez que se dieron cuenta de la adicción de Nick buscaron a los mejores especialistas y psiquiatras.
“Cuando se sabe que su hijo tiene cáncer, uno busca a los mejores doctores para curarlo, así fue como asumí la adicción de mi hijo. Pasaron muchos años para que lo pudiera superar y pasó, al menos por 10 tratamientos diversos, con 10 especialistas diversos. Al final un médico lo trató por un desorden bipolar y fue cuando comenzó a recuperarse. Nick ahora es un hombre limpio y este verano cumplirá 40 años.
