La persecución en Venezuela no ha cesado. Al contrario, se ha recrudecido y ahora el principal objetivo del régimen de Maduro son los activistas y defensores de los derechos humanos.
La persecución en contra de los abogados Alfonso Medina Roa, Ana Leonor Acosta y Kelvi Zambrano, se debe a la denuncia y documentación de los casos de tortura en Venezuela.
Liliana Ortega, abogada y defensora de los derechos humanos, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Estos casos no son aislados, en Venezuela se vive de manera amenazada y con restricción del espacio cívico. Inicialmente, hay unas restricciones que procuran menoscabar en definitiva el corazón de las ONG y de las personas defensoras de los derechos humanos. La razón principal de esto, es sin duda es que hoy en día en Venezuela, las ONG y la iglesia católica, son las que están en la primera línea de atención de los sectores vulnerables. Hemos contribuido de forma clara y contundente a visibilizar las violaciones de los derechos humanos que ocurren en el país”, dijo Ortega.
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La abogada señaló que no hay data oficial sobre los ataques a los derechos humanos.
“Sin embargo, Cofavic desde una perspectiva independiente desde el 2018 hasta junio de 2022, ha documentado 664 ataques contra personas defensoras de derechos humanos. El 87% de estos casos provienen de actores oficiales y son hechos de criminalización. Hay una serie de patrones que lo buscan es debilitar el acceso libre e independiente de las ONG”, apuntó.
Para la experta en Venezuela se ha desatado una “nueva pandemia” que ha sido crear una serie de herramientas que procuran debilitar el accionar de las ONG.
“Desde octubre de 2020 hay una serie de restricciones a las ONG internacionales para quitarles los intensivos de trabajos directo con ONG nacionales. En concreto, esto es parte de una política de estado que ha venido creciendo y que tiene distintos modos de hostigamiento”, acotó.
Finalmente, Ortega destacó que las ONG han formado un muro de contención social.
“En la época más difícil de la crisis económica, la ONG han sido un resorte social. Lamentablemente, en Venezuela las ven como un enemigo que atenta contra la seguridad interna”, puntualizó.