A 100 días de la guerra en Ucrania, el conflicto se ha estancando en el Dombás, y ninguno de los dos ejércitos se ha sobrepuesto al otro, mientras que el número de bajas por ambos lados sigue en aumento.
El ejército ucraniano parece depender en demasía de las ayudas que lleguen de Occidente y el ruso ha quedado muy mal parado mostrando sus deficiencias en logísticas, tácticas y tecnologías.
Por el momento, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden ha descartado enviar a Ucrania sistemas de lanzamiento de proyectiles capaces de llegar a Rusia. No obstante, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky ha afirmado que con la ayuda de Occidente podría superar tecnológicamente a las tropas rusas.
Jesús Manuel Pérez Triana, analista de seguridad y defensa, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
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“Ahora mismo lo que estamos viendo es que Ucrania es un país muy grande, los combates se reducen a un lugar muy pequeño de 60 millas de lado y lado. Es decir, la capacidad que están teniendo ahora mismo los dos ejércitos de romper líneas y avanzar es muy reducida. En el caso ucraniano es un tanto complicado evaluar la situación de su ejército, porque hay mucho hermetismo informativo, pero si sabemos que tienen muchos militares materiales y son muy dependientes de la ayuda externa”, dijo Pérez Triana.
El experto afirmó que en las últimas semanas, el intento ruso de romper las líneas en el Dombás ha sido una “picadura de carne”.
“De momento, es que hay una cuestión inmaterial que es la moral y eso sigue muy alta del lado ucraniano, mientras que del lado ruso, han tenido que recurrir a contratistas de empresas milicianas como Wagner. Es decir, hay un agotamiento de los recursos humanos y están empezando a movilizar material traído de los almacenes de la Guerra Fría. Del lado ucraniano se depende de Occidente y del lado ruso se acude a los almacenes de la Guerra Fría. Hay un agotamiento material por ambos bandos”, agregó.
Finalmente, Pérez Triana destacó que la empresa Wagner es una compañía militar privada.
“El impacto de la muerte de estas fuerzas es menor que la muerte de soldados regulares rusos. Eso le permite operar a los rusos de una forma encubierta”, puntualizó.