Los Talibanes autorizaron a las mujeres seguir en la universidad, pero separadas de los hombres.
Los estudiantes “hombres y mujeres continuarán sus clases sin educación conjunta” en un “entorno seguro de estudio” con base a la sharía o ley islámica, explicó el ministro de Educación Superior afagano, Abdul Baqi Haqqani, en una rueda de prensa el fin de semana.
Con esta decisión, el grupo terrorista quiere dejar atrás la imagen de ortodoxia que tuvieron durante su primer gobierno a finales de la década de los años 90, cuando las mujeres no tenían casi ningún derecho dentro de la sociedad. “Comenzaremos a construir sobre lo que existe hoy”, dijo Haqqani, al tiempo que afirmó que no pretenden “hacer retroceder el reloj 20 años”.
Aribel Contreras, analista de asuntos globales, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
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“No podemos creer en la palabra talibana. Hay indicios desde hace dos décadas de que no se le puede creer en nada a los talibanes. A la luz de un gobierno de facto y que ahora están creando un gobierno donde las mujeres están siendo excluidas hasta lo más mínimo no se le puede creer. El hecho de que estén dando permiso a las mujeres de poder continuar sus estudios, pero de manera segregadas de los varones, es una alarma nueva de que los talibanes continuarán con el extremismo y aplicarán la ley islámica a su manera”, dijo Contreras.
La experta afirmó que estas acciones no deberían sorprender a occidente, porque a lo largo de dos décadas, hemos venido viviendo una extrema violencia.
“No había que pecar de inocente. Si se creía que iba a suceder algo distinto, los funcionarios de inteligencia no están ubicados en una realidad. Actuar en perspectiva es una de las funciones de los organismos multilaterales y Estados Unidos falló con su implementación, pero también fallaron la Unión Europea y Naciones Unidas. En este contexto nos preguntamos: ¿Para qué existen estos organismos?”, agregó.
Ya hay varias fotografías de redes sociales, que muestran que los talibanes están poniendo una cortina para separar a hombres y mujeres.
“Es algo absurdo y ridículo. Pareciera que están viviendo en tiempos de la inquisición. Esto es lo que los talibanes están imponiendo, por más que la Unión Europea ha dicho que se deben garantizar los derechos humanos, estamos viendo todo lo contrario. Por un lado vemos la propaganda política de los talibanes, afirmando que todo se está normalizando y que están siendo más dóciles, mientras que por otro lado la realidad muestra una gran violación de derechos humanos”, señaló.
Contreras explicó que durante dos décadas se demostró que las mujeres afganas pueden ser independientes, pueden trabajar y hacer cualquier tipo de oficio.
“Se les dieron espacios políticos a las mujeres, pero los talibanes tienen miedo de perder el espacio de machismo al interior de sus hogares. La mujer afgana está en la peor posición a nivel mundial”, puntualizó.
