El largo camino de un dinero que nunca volverá a Venezuela. La petrolera estatal venezolana, Pdvsa, se comprometió al pago, sin demora ni protesta, de cientos de millones de dólares a una compañía fraudulenta de mera fachada que, aunque nunca prestó el servicio acordado, tenía las cláusulas del contrato a su favor.
Tras perder un arbitraje internacional, al menos 325 millones de dólares en alquiler de equipos destartalados a ese acreedor de Pdvsa siguieron en disputa en un tribunal del Reino Unido. Pero, de recuperarse, es más probable que su destino final esté en Estados Unidos o Malasia, que en Venezuela, de donde salieron.
Valentina Lares, jefe de redacción de Armando.info, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Estamos hablando de una empresa constituida por un ciudadano suizo y saudí, con nombre de Tarik Obaid, junto con un asesor financiero británico de nombre Patrick Mahoney. Estas personas eran muy cercanos al círculo del que era el primer ministro de Malasia en el año 2009, cuyo bajo gobierno se creó un gran fondo para hacer obras de recuperación de desarrollo de infraestructura en su país. Ese fondo llegó a contar con 4.500 millones de dólares. Estamos hablando de un fondo de infraestructura para escuelas, hospitales, vías de comunicación, entre otras cosas. Estas personas cercanas a este círculo crean una empresa llamada Petrosaudi Oil Services, junto a su socio que era el hijo del rey de Arabia Saudita. Ellos convencen a la gente del fondo para realizar negocios petroleros”, dijo Lares.
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La periodista indicó que esto llega a Venezuela, a través de dos venezolanos pertenecientes a una familia que tienen negocios petroleros desde hace mucho tiempo.
“Ellos tienen una empresa que se llama Cementaciones Petroleras Venezolanas. Esta gente, en particular dos hermanos, conocían a Obaid y fueron el enlace. Ellos le hicieron creer que tenían llegada a la casa real saudí y les hicieron creer que tenían servicios petroleros, específicamente unos taladros para extraer gas de la zona establecida Gran Mariscal Sucre”, agregó.
La reportera comentó que se han ido revelando documentos de a poco, en los que se muestran cómo recibieron pagos millonarios a través de sus empresas, una de ellas offshore.
“Fue un contrato terrible, porque accede a contratar dos buques de perforación, que en su momento Rafael Ramírez llegó a decir que eran buques de perforación y que iban producir muchísimo gas para el desarrollo de la plataforma gasífera de Pdvsa. Ese contrato establecía un precio brutal para el alquiler de estos buques taladros. Estamos hablando de un millón de dólares diarios por la actuación y el servicio de estos dos buques. Lo que vimos fueron buques del año 1977 y 1981, que habían dado la vuelta haciendo de buques taladros pero que estaban ya en muy mal estado”, apuntó.
La investigadora también añadió que al final el contrato fue de 1.300 millones de dólares, por siete años.
“En el contrato se establece que ante cualquier eventualidad se le iba a pagar a través de unas garantías. Efectivamente, unos años después, Pdvsa se dio cuenta de que el servicio no era el esperado y que no se producía el gas convenido y deja de pagar las facturas”, sentenció.
Finalmente, Lares destacó que los dueños de Petrosaudí, están libres.
“Tienen muchas demandas encima y bajo la mirada de la justicia en Malasia. Los venezolanos hicieron su intermediación y recibieron su pago. Ellos no tienen otra participación en el esquema. El dinero que está en custodia, se encuentra en un banco inglés y estuvo custodiado por un bufete de abogados, pero ahora debe decidir un tribunal si va para el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que es el nuevo reclamante de ese dinero. Es decir, en ningún caso irá a Venezuela. Todas las miradas apuntan a José Luis Parada, que es un prófugo, y estaba cargo del Comité Ejecutivo de Finanzas de Pdvsa”, puntualizó.
