La Organización Mundial de la Salud pidió esta semana una moratoria mundial a una tercera dosis de las vacunas contra la COVID-19, tras la decisión de Israel y Alemania de ofrecer una dosis de refuerzo a su población de personas mayores, mientras que el Reino Unido planea hacer lo mismo a partir de septiembre y otros países ricos han iniciado la misma reflexión.
«Entendemos la preocupación de los gobiernos de proteger a sus poblaciones de la variante delta, pero no podemos aceptar que los países que ya han utilizado la mayoría de los suministros de vacunas, utilicen todavía más, mientras que las poblaciones más vulnerables del mundo siguen sin protección», ha dicho el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
De 4.000 millones de vacunas administradas a nivel global, más del 80% se han aplicado en países de ingresos altos y medios, que representan en conjunto menos de la mitad de la población mundial, ha precisado para ilustrar la desigualdad en el acceso a una de las intervenciones vitales para detener la pandemia.
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El doctor Sergio Litewka, médico cirujano por la Universidad de Buenos Aires, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“El doctor Ghebreyesus, como representante de la OMS tiene la obligación de plantear cuestiones aspiracionales. El problema no tanto radica en la distribución, pero hay que ver que Covax se ha quedado corto, porque de los cinco billones de vacunas que habían prometido, al día de hoy solo ha repartido 180 millones de vacunas a 178 países. Otro aspecto que se ha omitido es que más allá de los problemas de distribución, ha habido una mala organización de los gobiernos y ha prevalecido la corrupción”, dijo Litewka.
El experto puso sobre la mesa dos casos emblemáticos. “En África hay países que rechazaron Covax por motivaciones políticas. Argentina solo tomó el 20% de las vacunas que ofrecía este mecanismo porque se estaba negociando para adquirir las Sputnik V con Rusia, mientras que en Venezuela se exige el carnet de la patria para que una persona sea vacunada. En otros países, no ricos pero con ideologías diferentes, como Chile y Uruguay, consiguieron una distribución más justa para su población”, indicó.
Para el doctor, lo que la OMS plantea con la moratoria, es tener más equidad en la vacunación.
“La tercera dosis en algunos países es una necesidad. Hay países como Uruguay, que han vacunado con las vacunas chinas, que son menos efectivas, y se necesita una tercera dosis. Si hay problemas de inequidad en las vacunas, pero hay un error. Nadie tiene la culpa de nacer en un país más industrializado o no, todas las vidas valen lo mismo. En este sentido, el esfuerzo que debe plantear la OMS es tratar de mejorar la transparencia y gobernanza en los países que tienen problemas con la distribución de las vacunas”, explicó Litewka.
El tema de las vacunas pasa a ser un debate de desigualdad o de equidad en el mundo. Los países desarrollados han donado una cantidad de vacunas a los países subdesarrollados. No obstante, los gobiernos también deben priorizar las vacunas de sus ciudadanos, antes de pensar en donaciones.
“En primer lugar, el doctor Ghebreyesus plantea una moratoria hasta septiembre, eso es solo una cuestión política y aspiracional. Con respecto al uso de vacunas, Estados Unidos está en la cabeza de las donaciones de vacunas, Covax es inefectiva. Hay que destacar que América Latina es la región más devastada por los efectos económicos y políticos de la pandemia. Hay una obligación moral y una obligación práctica, de donar y proteger a su propia población. Esta disyuntiva es muy difícil de manejar”, puntualizó el experto.
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