La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha mejorado notablemente sus previsiones para 2021 en las tres mayores economías de América Latina: Brasil, México y Argentina, que suman conjuntamente casi el 70% del PIB regional.
Por su parte, el Banco Mundial llama a “evitar extender la crisis de deuda” en América Latina. Según la organización, la ruta para sacar las economías de América Latina a flote, incluye ayuda a las poblaciones más vulnerables, un comercio internacional fuerte, y la posibilidad de reestructurar la deuda gubernamental con inversores privados.
Luis Miguel González, director general editorial de El Economista, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“En general está la idea de que habrá una especie de derrama de las grandes economías a los países que están a su alrededor. Esto no se puede dar por sentado, porque las grandes economías miran más hacia adentro o a sus mercados de exportación que a sus vecinos. México está muy conectado con Estados Unidos y derrama poco a Centroamérica”, dijo el experto.
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González también destacó que el principal motor económico de Brasil es su mercado interno. “Es bueno que las economías de América Latina vayan a crecer, pero alrededor tenemos un panorama disperso. Hay países que les espera una larga y ardua recuperación. Hay otros que si están haciendo las cosas bien”, afirmó.
El economista indicó que los países que se encuentran en mejor condición son Uruguay, Costa Rica y Chile. “Hay que ver como avanza la vacunación. Chile ha sido ejemplo mundial. Uruguay no tiene una vacunación tan agresiva, pero no ha tenido tantos problemas con el COVID-19. Perú tiene buenas tasas de crecimiento, pero ha sido afectado muy fuerte por la pandemia y no tiene la velocidad de vacunación adecuada para ser optimistas en su recuperación económica”, explicó.
Finalmente, González señaló que Argentina tiene un buen pronóstico para 2021, pero hay prudencia para 2022. “El problema es que muchos de los datos de 2021 consiste en un rebote técnico. Para 2022 tomamos en cuenta que la pandemia ya no será un factor determinante y se volverán a evaluar criterios netamente económicos, es allí donde Argentina presenta problemas”.