Daniel Dhers, el rey indiscutido de los X Games durante casi una década y medallista de plata en el BMX freestyle de los Juegos OlÃmpicos, celebró el sábado su regreso a Venezuela con niños en la Cota 905.
Dhers no llegó junto con el resto de la delegación olÃmpica venezolana el pasado martes; y hasta ahora no ha sido recibido en Miraflores por Nicolás Maduro, pero al llegar a Venezuela el pasado viernes, empezó a cumplir con una apretada agenda para retornar todo el cariño que recibió de los venezolanos durante las olimpiadas.
El primer lugar que visitó para llevar su optimismo y gran sonrisa fue la Cota 905, donde acompañado de su compañera de delegación, la pertiguista Robeilys Peinado, colaboró con una jornada deportiva y social promovida por la ONG Otro Enfoque.
Dhers compartió con la comunidad que habita en la avenida Guzmán Blanco de la parroquia El ParaÃso y pudo hacer demostraciones con su bicicleta de BMX.
Ver más: ¿Cuál es legado que deja Tokio 2020 en la historia del olimpismo mundial?: Periodista Eumar Esaá lo explica
César Miguel Rondón recogió las impresiones del medallista olÃmpico en su programa En Conexión.
“La visita a la Cota 905 surgió cuando visité el paÃs en marzo de este año. Realicé una actividad un poco más pequeña en el ParaÃso y una de las personas organizadoras me comentó sobre subir algún dÃa a la Cota 905, pero ya tenÃa que salir de Venezuela y no pude. No obstante, prometà que al volver Venezuela subirÃa. Regresé el viernes y les comenté que estaba dispuesto y estoy muy feliz de que se logró hacerâ€, dijo Dhers.
Para el atleta la experiencia fue maravillosa. “Nunca en mi vida habÃa subido a la Cota 905. Tengo unos amigos que viven allà y siempre me contaban lo severo que era vivir allÃ. Pero siempre recibà sonrisas en la comunidad. El recibimiento fue muy cálido. La gente estaba alegre con nuestra asistencia, la gente no dejaba de aplaudir. El momento clave fue cuando mostré la medalla y los niños la querÃan agarrar. Me di cuenta del impacto que uno tiene sobre la sociedad. Espero que en 20 años un niño de la cota me diga que a raÃz de nuestra visita se convirtió en campeón olÃmpicoâ€.
