La crisis en la ciudad de Shanghai por un nuevo gran brote de COVID-19 se agudiza cada día más. El confinamiento ordenado afecta la economía y levanta críticas de los ciudadanos quienes reclaman además falta de alimento y condiciones inadecuadas en los centros de cuarentena.
Lucas de la Cal, corresponsal de El Mundo en Asia, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“La situación en Shanghai es tan estricta, que luego de dos años de pandemia en China, no se había vivido una situación similar. Las cifras del último mes en la ciudad, es que se han superado los 400.000 positivos, pero la cifra total supera a todos los contagios que reportó China desde principios de la pandemia. Desde que la variante Omicron se coló y sorteó las medidas de bioseguridad. Omicron entró a Shanghai, una ciudad donde viven más de 27 millones de personas. Lo que está sucediendo es una barbaridad. En principio, las autoridades decidieron dividir la ciudad en dos bloques y ahora bloquearon toda la ciudad. Ya vamos para la cuarta semana de esta situación”, dijo de la Cal.
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Por las redes sociales se han visto videos de gente gritando desesperadamente.
“Lo que está pasando en Shanghai es cierto. La población ha llegado al hartazgo de la situación. Primero, porque en China ha pasado algo curioso que no había sucedido. La clase media le tenía mucho miedo al virus y en Shanghai hay miles de casos y el 95% era asintomático, incluso de gente vacunada, y la tasa de mortalidad era bastante baja. En este sentido, la gente se preguntaba hasta que punto valía la pena esta medida drástica”, explicó el periodista.
El reportero comentó que después de tres semanas, la tendencia no ha cambiado.
“La gente estpa cansada de la situación. También hay un cúmulo de factores, hay familias que ya no tienen que comer, están racionando lo que tienen en la nevera, porque las aplicaciones para pedir comida estaban colapsadas”, apuntó.
Finalmente, de la Cal destacó que el descontento de la gente ha sido bastante amplio.
