El jefe del régimen venezolano, Nicolás Maduro, presentó su Memoria Cuenta del año fiscal 2021, ante la Asamblea Nacional controlada por el oficialismo. Allí afirmó que la pobreza extrema se mantuvo en 4,1%, número bastante alejado de las presentaciones de organizaciones independientes. Además aseguró que Venezuela pudo disminuir la pobreza general a 17,7%.
“Nos hemos propuesto para el 2025, pobreza extrema 0%. Por eso hay que reforzar los planes de abastecimiento. Hay que hacer esfuerzos en finanzas”, dijo el mandatario.
Maduro también alardeó de haber aumentado la producción de petróleo a un millón de barriles diarios y en reducir la inflación. Mientras que el plano político destacó que podría evaluar volver al diálogo con la oposición si Estados Unidos cambia su política hacia Venezuela.
El economista José Guerra y diputado a la Asamblea Nacional de 2015, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Maduro presentó un país que no existe. Con falsedades de todo tipo. Por ejemplo, dijo que la tasa de pobreza en Venezuela es de 17% y la de pobreza crítica es de 4%, cosa que es totalmente falso. Una economía que se ha comprimido, perdiendo el 75% de su tamaño en 6 años no puede tener esos niveles tan bajos de pobreza. Además hay un indicador muy elemental, y es el salario mínimo que solo compra 0,6% de la canasta alimentaria. Los venezolanos viven en pobreza”, indicó Guerra.
El economista afirmó que si las cifras de Maduro fueran ciertas, por qué el gobierno se queja de un supuesto bloqueo por parte de los Estados Unidos.
“No puede haber bloqueo con el estrago que eso causa en la economía y unos niveles de pobreza tan bajos. Esos niveles de pobreza que presentó son de un país desarrollado. Esas cifras son totalmente falsas”, explicó.
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Maduro también se planteó aumentar la producción petrolera hasta dos millones de barriles diarios en este 2022.
“Eso significa 1.300.000 barriles diarios adicionales a los que se están produciendo hoy en día. Eso no se hizo ni cuando comenzó la explotación petrolera en Venezuela en los años 20. Eso no se hizo ni en la gran apertura petrolera en los años 90. Esa es otra gran mentira y lo que intenta crear es un espejismo de un país inexistente”, añadió.
El venezolano de a pie sabe que las cifras que presentó Maduro no son verdad, porque vive la realidad diaria de un país pobre. Los venezolanos en el exterior repudian a Maduro y son pocos los países que le prestan atención.
“Pueden estar poniendo en práctica el dicho de que una mentira dicha mil veces se convierte en verdad. Yo creo que Maduro le habló a su gente y seguro de engañar a unos ingenuos que pueden creer esas cifras. Hay que destacar que el Banco Central de Venezuela, que tenía años sin publicar las cifras de inflación, las publicó cuando el país salió de la hiperinflación. Esa cifra fue tomada como cierta por todas las agencias de noticias, pero no es cierto que Venezuela haya salido completamente de la hiperinflación. Estamos en presencia de una campaña propagandística que intenta engañar a la opinión pública”, expuso Guerra.
Más allá de que Venezuela si vaya a salir de la hiperinflación, sigue siendo el país con la inflación más alta del mundo, por encima del 600% interanual.
“La gran verdad es que todo el costo de esta política para bajar la hiperinflación la ha pagado el trabajador venezolano. Venezuela es un país donde los ajustes salariales no tienen ningún tipo de compensación con la inflación. Estamos hablando de una caída estrepitosa del trabajador venezolano, sobre todo de los empleados públicos y los pensionados. En el caso del sector privado si ha habido un incremento salarial. No obstante, los tres millones de pensionados, más el millón de empleados públicos, se han visto deprimidos en sus condiciones de vida”, sentenció el experto.
Guerra también resaltó que el venezolano que no tiene acceso a dólares y solo percibe la pensión o los bonos que da el régimen “no vive, sino que sobrevive”.
“Los venezolanos sobreviven gracias a los familiares que tienen fuera del país y les pueden mandar ciertas remesas. Así fue que bajó la hiperinflación, comprimiendo de una manera tal el salario y el poder adquisitivo del venezolano a llevarlo al límite de la inanición. El régimen de Maduro acabó con la hiperinflación matando de hambre a la gente”, añadió.
Esa realidad del venezolano más deprimido se esconde detrás de otra que se percibe por las redes sociales. Incluso hay voces desde Venezuela que indican que hay cierto nivel de vida y bienestar aceptable, en comparación a lo que se vivió en 2017, donde los venezolanos tenían que hacer colas para comprar medicamentos y alimentos.
“Lo que hay en Venezuela es una construcción de locales comerciales, donde se consigue de todo, pero las encuestas que tenemos del municipio Libertador de Caracas, es que solo el 22% de sus habitantes han comprado alguna vez en un bodegón. No estoy en contra de los bodegones, pero eso no refleja la situación del venezolano común y corriente”, apuntó.
Finalmente, Guerra dijo que sus proyecciones para 2022 dependerán de la recuperación de la producción petrolera.
“Obviamente no se llegará a los dos millones de barriles, pero si aumentará la producción porque China está invirtiendo e Irán está ayudando a reactivar la infraestructura. No obstante, no nos podemos alegrar por esta recuperación económica agónica de un país que está sumido en un estado de depresión económica”, puntualizó.
