En su editorial de este 24 de abril, César Miguel Rondón habla sobre las protestas que se han registrado los últimos días en Venezuela, en el marco de la cuarentena. Varias revueltas se han visto en las calles, de gente exigiendo comida y también combustible.
En esta sección, el presentador comienza diciendo que «el hambre se ha convertido en la bandera más visible del chavismo, el signo de su gobierno».
En ese sentido, cita a Pedro Benítez, profesor de Historia Económica en la UCV, quien en el portal de Al Navío, describe a las manifestaciones como «los motines del hambre».
De acuerdo con Rondón un motín significa rebelarse contra el poder establecido. Según expresa, las protestas en los estados Bolívar, Sucre, Lara, Falcón, Barinas, Trujillo, Mérida y Portuguesa, son por gasolina y alimento, pero reconocen la corrupción «de los militares y los políticos del régimen».
Es justificable sublevarse cuando la corrupción queda al desnudo, sostiene. Alegando que también es entendible que la gente se manifieste en Venezuela si ya ni siquiera se puede pagar un pan.
«¿Recuerdan los bodegones? ¿La idea de que todo estaba mejor?», cuestiona el periodista; y seguidamente advierte que «todo está por derrumbarse», pues Maduro «ya ha liquidado» las pocas reservas que quedaban en el país.
En su opinión, lo que único que le resta a la administración de Nicolás Maduro es reprimir cualquier foco de disturbios que se presente en medio de la pandemia.
«Venezuela, me dice Flor, ‘es una olla de presión con demasiada agua, una olla con el orificio de salida del vapor, muy tapado y dejada, por muchas horas, en la candela’. Ya sabemos lo que puede pasar», culmina diciendo.
