Cerca de 170 niños y niñas haitianos llegaron hace una semana a Puerto Príncipe con sus padres después de haber sido expulsados de Cuba y de Estados Unidos, según UNICEF. La mayoría de los niños y niñas son del suroeste de Haití y salieron dos o tres semanas después del terremoto de agosto en un intento de llegar a los Estados Unidos.
“La mayoría de los niños y niñas haitianos y sus padres que fueron expulsados son de la península del sur de Haití, que fue golpeada por un enorme terremoto el pasado agosto. Abandonaron el país a principios de septiembre porque lo habían perdido todo. Es probable que estos niños y niñas vuelvan a marcharse a Estados Unidos a menos que se creen las condiciones para que puedan llevar una vida decente en sus comunidades”, dijo Bruno Maes, representante de UNICEF en Haití.
Susanna Balbo, jefe de protección infantil en Haití de UNICEF, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“La situación es muy dura. Los barcos que están llegando a Haití regresaron a 25.000 personas apropiadamente, de los cuales 2.000 son niños y han llegado en condiciones de extrema pobreza, muy estresados y con mucho miedo. UNICEF está tratando de trabajar en conjunto con las otras agencias de Naciones Unidas, pero la situación es muy difícil”, dijo Balbo.
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La jefa de protección infantil de UNICEF en Haití expresó que hay dos tipos de haitianos que están regresando de manera forzada.
“Están los que se fueron hace mucho y llegan con diferentes nacionalidades como mexicanos, chilenos, brasileños. Ni siquiera hablan francés y llegan en condiciones paupérrimas. Los otros son los que huyeron después del terremoto por la situación de pobreza que dejó el desastre natural. Estamos hablando de personas que se fueron hace cuatro semanas y regresan en peores condiciones”, agregó.
Balbo comentó que UNICEF ha creado una unidad que les recibe en el aeropuerto y les da algún tipo de ayuda, pero solo por unos días.
“Ellos deben reintegrarse a una sociedad que está en peores condiciones de cuando ellos se fueron. Para los niños es más difícil, sobre todo para los que llegan solos sin ningún tipo de compañía. Son niños que tiene un promedio de edad de cinco años. Ahí es donde está nuestra preocupación”, puntualizó.