¿Puede alguien explicarnos qué ocurre con la negociación en México y las acciones y reacciones de Maduro y las de la oposición representada por Blyde?
¿Fue acaso sólo una transacción o como dicen algunos una forma de notariar un acuerdo necesario sobre petróleo, Chevron, entre el gobierno norteamericano y el régimen de Maduro lo que ocurrió en México?
Apenas el 26 de noviembre pasado se firmó el segundo acuerdo entre gobierno y oposición de Venezuela para descongelar alrededor de 3 mil millones de dólares de los fondos extranjeros con la intención de crear un fondo social para atender a la población más vulnerable y darle confianza a los bancos, fondos de inversión y las entidades de crédito. Naciones Unidas apoyaría la implementación del acuerdo y la creación de un grupo de veedores, con representantes de ambas partes, que le daría seguimiento a los proyectos. Para ese momento se anunció como un gran logro y el primer paso para destrabar los obstáculos de una negociación necesaria para el bienestar del país.
Sin embargo, muchos seguían preguntándose por qué no se había planteado la liberación de los presos políticos y condiciones electorales justas.
A esos reclamos respondió Blyde como lo reseña el Diario de Las Américas, que esto era un asunto pendiente. Le cito: “Entre los temas que Blyde espera discutir en los próximos días, se encuentran «el secuestro de los partidos políticos, la fecha de los procesos electorales, las condiciones propiamente dichas, el registro electoral dentro y fuera de Venezuela, el reequilibrio del CNE y sus órganos internos y subalternos, la observación internacional».
Aunque en esa ronda de fines de noviembre, bajo la facilitación de Noruega, las partes firmaron un «acuerdo social», no se anunció una fecha exacta para reencontrarse. La oposición asumió que sería en diciembre.
Pero el sábado en un fuerte comunicado la Plataforma unitaria advirtió que
El gobierno «pone nuevas condiciones para avanzar en (el tema) político», que «busca zafarse» de los acuerdos que han resultado de la negociación.
En ese comunicado la Plataforma exigía al presidente Nicolás Maduro fijar una fecha en diciembre para continuar con el diálogo.«Le exigimos a Nicolás Maduro no seguir retardando el compromiso asumido en México y proceder de inmediato a fijar la fecha, dentro del mes de diciembre, para continuar la negociación con la agenda política y de libertad según lo convenido»
¿A qué se referían? A lo ocurrido este viernes cuando Nicolás Maduro, en reunión con la oposición agrupada en la fracción parlamentaria Alianza Democrática, grupo que sostiene diferencias con la oposición que se sienta en la mesa de diálogo en México, anunció que prepara un documento en el que establecerán los acuerdos a los que han llegado con los distintos sectores de la oposición en materia social, económica, política y electoral, y que será presentado dentro de 30 días.
¿Cuáles acuerdos en materia política y electoral? ¿No era algo pendiente?
Como lo destaca, la Plataforma unitaria en su comunicado, “el Gobierno «miente acerca de los alcances del acuerdo firmado y, además, pone nuevas condiciones para avanzar en lo político que no forman parte de los acuerdos previos» y usa la estrategia de «construir y visibilizar» oposiciones para «simular una negociación que solo será en su beneficio». ¿No era eso lo que se podía esperar del régimen? ¿Espejos por oro?
Y uno se pregunta, si la negociación que se realiza en México reconoce la representatividad de unos actores y allí no está presente esa otra supuesta oposición, “Alianza democrática”, ¿qué valor y qué peso tienen las palabras de Maduro? Si se ha hablado de una negociación en términos reales, ¿polemizar en público qué beneficio o perjuicio trae para las partes? ¿Qué pretende la oposición? ¿Qué busca Maduro?¿Será acaso que sea la oposición la que ahora se levante de la mesa?
No sé por qué le queda a uno este sabor agrio que ya conocemos, de tantas otras veces, donde nos vendieron espejitos a cambio de oro.
