El escenario político venezolano se sigue reacomodando. En los dos sectores, tanto en el régimen de Nicolás Maduro, como en la oposición, hay movimientos interesantes que apuntan a una renovación del liderazgo.
Así lo ve el historiador, analista y profesor universitario, Pedro Benítez, quien afirmó en una entrevista con Luz Mely Reyes, en el espacio #ConLaLuz, que aunque será un proceso lento, los nuevos liderazgos comenzarán a resurgir desde el interior del país.
«Sostengo la tesis de que lo que vimos el 21 de noviembre fue una rebelión silenciosa de las regiones. Veo un proceso lento de recomposición, en el que el protagonismo de los jefes militares fue desplazado por gente más joven», dijo.
Benítez abordó y amplió la información en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Está mutando la sociedad venezolana. Aunque en ocasiones da la impresión de que estamos metidos en un permanente retorno por el discurso oficial, y porque hay personajes que no cambian, lo cierto es que debajo de la superficie está una sociedad que se ha ido modificando de una manera muy dramática, dolorosa y con un costo humano extremadamente alto. No obstante, las sociedades son como organismos vivos, que están en constante cambio. Eso lo hemos visto en términos económicos”, destacó el historiador.
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El analista comentó que todo el proyecto socialista y el sueño de Hugo Chávez de hacer de Venezuela una versión de “la cuba castrista pero con petróleo», fracasó.
“También ha ocurrido un cambio político del lado del chavismo y de manera más clara en las filas opositoras”, sentenció.
La sociedad venezolana ha cambiado a raíz de la dolarización de facto que se ha instaurado y después de los fracasos políticos opositores. Un reflejo de esta nueva sociedad es la famosa fiesta en la cima de un tepuy, donde comparten los llamados “enchufados” y otras personas identificadas como opositores.
“Otro incidente escandaloso del mismo tipo, fue el que ocurrió en diciembre del año 2020. En ese momento, en Caracas estábamos sometidos a los apagones, pero en el hotel Humboldt hicieron una fiesta de luces. Esto no es nuevo en la sociedad venezolana, las élites sociales de Venezuela y, en particular las de Caracas, vienen desde el pasado. Lo que dejaron Guzmán Blanco y Juan Vicente Gómez, fueron élites que se acostumbraron al oportunismo y que influenciaban el poder para obtener algún tipo de prebendas, esa fue la Venezuela que nos dejaron”, acotó.
Benítez no ve que la sociedad venezolana sea muy distinta a lo que se ha visto en el pasado, pero si observa un retroceso hacia cierto sentimiento y realidad del país.
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“Sin embargo, si analizamos con cuidado las elecciones del 21 de noviembre, veremos como en la Venezuela profunda y más golpeada, sobre todo en la zona llanera que era un bastión chavista, hay mayoritariamente un deseo de cambio. Pese a todo lo que vemos, en Venezuela hay una sociedad bajo la superficie que tiene un enorme deseo de cambio, y se ha dado cuenta que el cambio político al que se aspira no va a ocurrir de la noche a la mañana, sino que hay que construirlo a través del voto”, apuntó el historiador.
Al hablar del voto en Venezuela, las miradas se enfocan en las elecciones presidenciales del año 2024 y en el posible candidato presidencial que represente a los sectores democráticos del país.
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“Nadie se imaginaba que Freddy Superlano, que venía con una fama cuestionable, actuara con la sensatez y el sentido común como lo hizo. Superlano el 21 de noviembre se pudo haber declarado gobernador legítimo del estado Barinas, pero no actuó de esa manera. Actuó de una forma más inteligente y junto al liderazgo regional de Barinas se aferraron a la ruta electoral. Nadie se imaginaba que Sergio Garrido pudiera propinarle una enorme derrota política a todo régimen de Maduro. Lo que quiero decir, es que el liderazgo va a aparecer, así como apareció Juan Guaidó”, añadió.
Finalmente, el profesor manifestó que a pesar de las élites que se ven las redes sociales y en fiestas ostentosas, la Venezuela trabajadora y de clase media, que sigue resistiendo en el país, se aferra al deseo de cambio.
“El sentimiento de cambio está ahí, pero para que se traduzca en un hecho político, tienen que ocurrir una serie de situaciones que están claras, porque la oposición venezolana no tiene una instancia de coordinación política para elegir a un candidato único y enfrentar a Maduro”, puntualizó.
