En un nuevo informe, Michelle Bachelet detalló que el sistema de abusos y torturas sigue vigente en Venezuela. En el documento se indica que la oficina de Bachelet “continuó recibiendo denuncias creíbles de tortura o tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes».
María Alejandra Aristiguieta, internacionalista, amplió la información en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“El nuevo informe es una mezcla del nivel riguroso donde la sociedad venezolana ha continuado documentado la violación de los derechos humanos y alimentando la oficina de la alta comisionada, pero también es un poco frustrante porque entre líneas encontramos detalles que tratan de tener un falso equilibrio para la promoción de derechos humanos y que dejan bien parado al régimen de Maduro”, dijo Aristiguieta.
Para la experta, en el informe hay frases y condicionantes que suavizan un poco la situación en Venezuela y la postura de la oficina de la alta comisiona ante el régimen de Maduro.
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“Desde 2018 hay resoluciones que piden a la oficina de la alta comisionada informes profundos sobre la situación de derechos humanos en Venezuela. En varias oportunidades se ha hablado de que hay ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, presos políticos y violación de derechos humanos, pero ahora también se habla de un espacio cívico y libertad de expresión. También dice que hay un avance en estos aspecto y no hay tal cosa en Venezuela”, destacó la internacionalista.
Para Aristiguieta, el hecho de que el régimen haya trasladado los casos de los presos políticos al Ministerio Penitenciario los cataloga como presos comunes.
“El informe hace ver que ha mejorado la situación de los derechos humanos en Venezuela y no es la realidad”, puntualizó.