La conspiración convierte en adictos a sus defensores en las redes

FA/CMR

En estos días leía a Douglas Rushkoff, columnista sobre medios,tecnología y sociedad para el portal Medium, sobre cómo entender lo que ocurre tras la fiebre de conspiraciones y fake news que las alimentan y cómo hasta nuestros amigos más cercanos, aquellos que hemos creído brillantes, han caído, inexplicablemente para nosotros, en ese ciclo sin fin

Dice Rushkoff en su artículo “Sumergirse en el abismo” : “A medida que incluso nuestros amigos más inteligentes caen en la fiebre de la conspiración, tenemos que aceptar que no se trata de lógica o política, sino de adicción...La mayoría de estas personas todavía creen que Trump regresará como presidente en algún momento, que Biden perdió las elecciones, que Obama y otros operativos demócratas piratearon las máquinas de votación de forma remota desde Italia y Alemania, que Covid se desarrolló intencionalmente en un laboratorio, que la mayoría de las versiones de la vacuna están mezcladas con nanobots, que los anillos de pederastia global aún están a punto de ser revelados y que ciertas facciones en el ejército están listas para hacerse cargo cuando reciban la señal”. 

Cuando uno las lee y relee, le resultan insólitas las argumentaciones pero sobre todo la rigidez e intransigencia para asumir y defender la causa, su verdad. 

Como señala Russhkoff  esa “forma iracunda y dogmática en que todo esto se expresa y se defiende. Peor aún, cuando mencionamos una posible inconsistencia lógica o histórica en una de las narrativas, el creyente se pone a la defensiva hasta el punto de enfurecerse.Me recuerda menos a un extremista político, de derecha o izquierda, que a un adicto que defiende su hábito. Y es por eso que creo que podemos equivocarnos al categorizar esto como un fenómeno de culto, en lugar de como una adicción”.

Y usted que me ve, se pregunta ¿cómo funcionaría esa adicción?

Según el columnista de Medium, “la adicción alista la inteligencia de la persona para mantener el suministro de drogas y justifica el rechazo de todos los esfuerzos para ayudarla. Y la droga en este caso la obtienen navegando online. Allí obtienen ese pequeño subidón de dopamina que proviene de conectar un punto con otro.Fauci-China-Gates-Covid-Epsten … ¡ah! Es delicioso. Tiene sentido temporal. Y luego, si publican la idea, reciben algunos likes, me gusta y comentarios de otros, … otro golpe de dopamina. Y otro y otro.

Si usted desafía la narrativa, o trata de devolverle el sentido, entonces está socavando no solo la historia, la política o la ideología, sino su justificación para quedarse despierto toda la noche tratando de hacer conexiones.Su adicción”. 

Todo lo que pueda asociarse y compartirse con la aceptación de otros, tiene sentido, defienden a capa y espada sus narrativas, defienden su derecho a investigarlas, creerlas y difundirlas. Y en ese proceso se auto satisfacen como los adictos a una droga.

Hoy dedicaremos este programa a varías de las teorías de conspiración que se han hecho conocer últimamente, y esté pendiente, que muchas aun teniendo temas diferentes, se sustentan unas a otras.