Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos concluyeron que la población vacunada del país puede ir sin mascarilla en la mayoría de espacios cerrados, aunque deberán mantenerla en lugares concurridos, como hospitales, aviones y autobuses. La directora de los CDC, Rochelle Walensky, hizo el «emocionante» anuncio durante una rueda de prensa.
Carlos Torres-Viera, médico infectólogo en la South Miami Hospital, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Esa decisión significa que hay un reconocimiento de que la vacuna es efectiva para prevenir la infección. Sin embargo, crea un problema desde el punto de vista de implementación”, dijo el experto.
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Para Torres-Viera la medida es lógica. “Una vez que alguien está vacunado con las dosis completas, tienen un riesgo muy bajo de adquirir la infección. Por eso se justifica que ya no necesiten la mascarilla. No obstante, problema es cómo sabe el dueño de un local quién está vacunado y quién no”, agregó.
El doctor indicó que una medida como está conlleva el riesgo de que las personas no hagan caso. “Eso podría crear un problema en el sentido de que facilita la transmisión, que es el punto básico de todo esto. El control de la pandemia se logra con el distanciamiento social. Aunque estamos en una mejor situación, en Estados Unidos continúan habiendo 36.000 casos diarios. Hay ciudades donde los contagios son muy leves, pero en otras sigue siendo alto”, añadió.
Torres-Viera sugiere que las personas deben acatar la medida de retirarse la mascarilla solo cuando estén vacunados. “La responsabilidad es individual y la prevención es la misma”, puntualizó.