El gobierno de los Estados Unidos anunció este jueves que ofrece la recompensa de 10 millones de dólares a quien le suministre información que lleve a la captura de los antiguos jefes de la guerrilla FARC, Jesús Santrich e Iván Márquez, quienes se encuentra prófugos de la justicia.
«Ambos son antiguos líderes de las FARC que abandonaron el proceso de paz y tienen una larga historia de participación en actividades de tráfico de drogas, lo que llevó a sus acusaciones penales», señaló el secretario de Estado de los Estados Unidos Mike Pompeo.
Para abordar el tema, el periodista colombiano, subdirector de Pares y columnista en El País y Semana, Ariel Ávila, fue uno de los entrevistados en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
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«La información fue recibida por tres formas en la opinión pública. La mayoría de la sociedad y el gobierno lo acepta, replican la información de la recompensa por atrapar a Santrich y Márquez. Sin embargo, la gente sabe que eso no tendrá efecto en la seguridad del país, ni siquiera sin son capturados. Es un show mediático y político, pero no una estrategia de seguridad. El grupo de Santrich y Márquez representan solo el 2% de los problemas de seguridad de Colombia», dijo el periodista
Las investigaciones del gobierno colombiano y de Estados Unidos indican que estos ex jefes guerrilleros se encuentran en territorio venezolano, amparados por el régimen de Nicolás Maduro.
«No hay dudas de que están en Venezuela. La pregunta es saber en qué condiciones están. Todos coincidían de que estaban acumulando fuerzas o que se estaban preparando militarmente. Sin embargo, en los últimos días se filtraron unas fotos de Santrich en Caracas, en el 23 de enero, y dejó la percepción que está como un exiliado en la capital venezolana», afirmó Ávila.
Este anuncio del gobierno estadounidense llega en medio de una crisis de seguridad colombiana. El mismo Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, quien lidera el ahora partido FARC, denunció ante las Naciones Unidas el asesinato de varios excombatientes de la guerrilla.
«Van más de 200 militantes y excombatientes de las FARC asesinados. El gobierno no ha podido detener esta masacre. La gente que ha regresado a la lucha armada es porque no sienten seguridad, sienten que los van a matar. Lo que se está viviendo con los excombatientes de las FARC es una tragedia humanitaria. Las Naciones Unidos dijo que Colombia es el país donde más asesinan líderes sociales en la región Latinoamericana», explicó Ávila.
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