El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que «no tenía otra opción» que atacar Ucrania. Sin embargo, muchos ciudadanos rusos no están de acuerdo con la invasión.
En Moscú, los que intentan reunirse para expresar su oposición a la guerra son detenidos por decenas. Algunas instituciones públicas prohíben que sus empleados hablen en público o corren el riesgo de ser acusados de traición, según informa la corresponsal de AFP, Andrea Palasciano.
Palasciano amplió la información en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Estoy en la frontera entre Rusia y Ucrania desde el pasado miércoles. El sitió estaba lleno de soldados, solo estaban esperando la orden para la invasión. Desde el jueves en la mañana, Putin anunció la invasión y hoy desaparecieron todos los soldados. La ciudad está muy calmada en estos momentos y ha regresado a la rutina”, dijo Palasciano.
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El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, intentó hablar con Vladimir Putin, pero este se negó. Según el mandatario ucraniano, lo que quiere Putin es la “decapitación del gobierno de Ucrania”, agregó.
“Para los rusos esta iba a ser una operación muy rápida y han actuado con mucha rapidez, tomando en cuenta que es un ejército más poderoso, pero han encontrado con mucha resistencia en Kiev y les podría tomar más tiempo”, destacó.
Finalmente, la periodista comentó que en las ciudades grandes con mayor posibilidad de información, los ciudadanos no están de acuerdo con la invasión, pero en las zonas rurales, donde solo tienen acceso a los medios gubernamentales rusos, afirman que solo se trata de ejercicios militares.