La acusación de racismo del príncipe Harry y su esposa Meghan contra la familia real británica es demoledora. Ha provocado un shock en el Reino Unido. En Londres la Secretaría de Estado para la infancia en el gobierno británico, Vicky Ford, señaló en Sky News que “en nuestra sociedad no hay absolutamente lugar alguno para el racismo”.
El Daily Telegraph afirma que la familia real necesita “un chaleco antibalas”, porque las declaraciones de la pareja fueron “un obús capaz de hundir una flotilla” y “posiblemente, como algunos temían, para infligir daños similares a la monarquía británica”. La BBC coincide en que se trata de “una entrevista devastadora”, Para The Times, “es peor de lo que pudiera esperar la familia real.
Rafa de Miguel, corresponsal de El País en Reino Unido, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
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“Estas declaraciones han sido recibidas en Reino Unido con una expectación tormentosa. Es el único tema que hablan los medios de comunicación británicos, porque este asunto tiene muchas implicaciones. La monarquía británica es la monarquía europea por excelencia y todo lo que ocurre en torno a ella es objeto de tensión por los medios de comunicación”, dijo de Miguel.
Para el periodista hay que recordar el episodio de la princesa Diana y de todos los rumores de la familia real británica.
Todos los medios han planteado un enfrentamiento entre la Reina Isabel II y Meghan, la esposa del príncipe Harry.
“La entrevista tuvo gran impacto porque se vive la época del Black Live Matter, que en este país se tradujo en épocas esclavistas. Vivimos en la época del Mee Too. También vivimos en la época de un mundo guerra cultural ideológica. En esa tormenta surge una mujer estadounidense, independiente y divorciada que se mete dentro de la familia real británica”, añadió de Miguel
Para el periodista, la opinión pública está dividida. “Hay quienes defienden la institucionalidad británica y otros que ven la posibilidad de cuestionar muchas cosas como la monarquía”, señaló.
De Miguel destacó que a Harry y a Meghan se les acusa de haber querido renunciar a todos aquellos deberes de la familia real, pero no querían perder los privilegios.
“A la Reina Isabel II no le hace daño las declaraciones de Harry y Meghan. Tampoco afectan a la institución, pero sí afecta a la reputación del eje del Reino Unido que es su monarquía”, puntualizó el periodista.
