La economía venezolana está prácticamente destruida. Los venezolanos sobreviven a un precario ingreso en dólares que les permite acceder a ciertos bienes y servicios. Por su parte, las personas de la tercera edad se aferran al salvavidas de las remesas que sus hijos o nietos les mandan desde el exterior.
Víctor Salmerón, periodista especializado en economía, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Las remesas como salvavidas nutricional es un fenómeno que se viene dando en Venezuela, desde hace un buen tiempo. No obstante, ahora es muy marcada la diferencia entre quien recibe remesas y los que no. El análisis económico de la Universidad Católica Andrés Bello proyecta que este año ingresarán al país alrededor de 2.000 millones de dólares por remesas. Quien recibe las remesas, tiene una gran ventaja respecto a las personas del mismo barrio que no reciben esos ingresos y que dependen de la pensión del gobierno, del salario mínimo o de las cajas Clap, que solo tienen carbohidratos pero no proteínas. Hay distintos estudios que afirman que la remesa promedio está alrededor de 150 dólares. Hay una gran desigualdad entre los venezolanos, porque unos se están nutriendo mejor y los otros no”, dijo el periodista.
La economía venezolana sigue inmersa en un clima de hiperinflación y se desconoce hasta que punto puedan servir las remesas.
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“No hay en el país proyección de la inflación en dólares, pero si es un fenómeno importante. Ciertamente el dólar viene perdiendo capacidad de compra en Venezuela, porque se ha frenado. Lo que ha venido haciendo el gobierno es frenar la velocidad con la que el dólar aumenta de precio. Puede pasar que quien reciba remesas cada vez necesite más para comprar los mismos productos. No obstante, a los precios de hoy, 120 dólares permiten que una persona pueda nutrirse mejor que quién no los tiene. También habría que ver qué tanta capacidad tiene el gobierno para mantener el dólar frenado”, agregó.
Para Salmerón el gobierno ha frenado el dólar a un alto costo, que es eliminar los créditos.
“Prácticamente la banca ha dejado de existir. Es una banca que no presta y eso no es sostenible en el tiempo. Eso es una variante a observar en el mediano plazo”, apuntó.
En Venezuela hay varias realidades. La primera es la que viven la mayoría de los venezolanos que dependen de las cajas Clap y de los bonos que ofrece el gobierno. Otra es la de los ciudadanos que tienen la suerte de recibir una remesa o que pueden percibir ingresos en divisas. Y, finalmente, están los venezolanos que tienen ingresos para comprar en bodegones.
“En Venezuela se vive de una manera muy desigual. La desigualdad es brutal. Venezuela ha pasado ser un país muy desigual. Hay una franja muy pequeña que tiene ahorros en dólares y los está ingresando al país. También hay una pequeña mejoría en quienes se insertan en la economía dolarizada, que no deja de ser precaria. Un gerente en Venezuela, está ganando alrededor de 400 dólares mensuales. Las empresas están vendiendo productos en dólares. Luego viene la clase media que gana como máximo 400 dólares. Un técnico podría ganar 180 dólares mensuales, un obrero gana 70. Esto es una clase media precaria. Finalmente, está enorme masa de pobres”, explicó Salmerón.
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