El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó formalmente a José Gregorio Vielma Mora y otras cuatro personas más por su papel en la trama de Álex Saab con los CLAP.
Por su parte, el Senado de Colombia aprobó la propuesta de normalizar relaciones con Venezuela, decisión que ya es aplaudida por el chavismo y levanta en otros sectores diversas reacciones.
El politólogo Ricardo Sucre, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Lo que pienso es que los Estados Unidos están pulseando al gobierno de Maduro. Lo de Vielma Mora es un caso que ya tiene tiempo. Desde 2019 tiene cargos judiciales por las mimas razones y son cargos de corrupción. Esto quiere decir que los Estados Unidos están buscando temas que para Maduro sea difícil defender. Es distinto aplicar sanciones o hablar de una intervención, que acusar a altos funcionarios del régimen. El expediente contra Vielma Mora muestra cosas groseras en el uso del poder público para enriquecerse. Estados Unidos ya abandonó el tema del quiebre político y ataca a Maduro con estas acusaciones que son complicadas”, dijo Sucre.
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Además de Alex Saab, Hugo Carvajal también será extraditado y en la lista también sigue Claudia Díaz, ex-enfermera de Hugo Chávez y quien terminara como tesorera de la nación.
“La venta de Maduro es que si bien es cierto que son personas de su círculo de gobierno, el expediente no lo menciona directamente. Maduro podría maniobrar al igual que lo hizo con el tema de los derechos humanos, donde tomó algunas decisiones menores, recibió a la oficina de Michelle Bachelet, pero no ha hecho reformas de fondo”, agregó.
Mientras el gobierno se ve afectado por estas acusaciones, en la oposición siguen discutiendo la hoja de ruta.
“A mi modo de ver, la lucha de la oposición tiene dos caras. Hay un grupo que sigue apostando al quiebre y otro en seguir las reglas electorales para formar una fuerza competitiva. La lógica del primer grupo es que la decisión de la Corte Penal Internacional podría producir el quiebre del régimen. En la otra esquina está Capriles quien aboga por tener una fuerza electoral y competir contra el gobierno. Luego del 4 de enero se decidirá qué pasa con el interinato. Guaidó tiene la legitimidad internacional, pero Capriles busca la legitimidad del voto”, puntualizó.
