Un informe conjunto de la OIT y de UNICEF estima que a principios de 2020, 160 millones de menores estaban forzados a trabajar, es decir, 8,4 millones más que hace cuatro años.
Si se acaban cumpliendo las proyecciones sobre el aumento de la pobreza en el mundo, nueve millones de infantes más se verán forzados a encontrar un trabajo antes de que termine el próximo año, según el informe.
El informe, que se publica cada cuatro años, muestra que la mitad de los menores que trabajan tienen solo entre 5 y 11 años.
La tendencia empezó antes de que la pandemia trastocara totalmente la economía mundial y supone un giro, pues entre 2000 y 2016, el número de infantes que trabajaban descendió en 94 millones.
Ana López Castelló. Funcionaria de la OIT, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Hay un reciente informe que señala el incremento del trabajo infantil en el mundo. Hay más de ocho millones de niños, niñas y adolescentes forzados a trabajar, lo cual es un dato alarmante y preocupante. Por primera vez en 20 años ha crecido esta estadística. También es cierto, que en América Latina y el Caribe se había logrado reducir esta cifra. Sin embargo, esas cifras no incluye el impacto del COVID-19. Hasta la fecha de hoy no hay una estimación precisa, pero se espera que hasta 326.000 niños podrían verse forzados a trabajar por la pandemia”, dijo López Castelló.
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La especialista indicó que antes de la pandemia del COVID-19, la reducción del trabajo infantil se debió a un trabajo intenso y a políticas de prevención.
“En los últimos años se ha puesto el foco en la prevención. Es decir, evitar que más niños y niñas tengan que trabajar. Después hubo un proceso de restitución de derechos de estos niños. Estos datos indican que en América Latina se estaban haciendo bien las cosas, pero faltaba más intensidad”, destacó López Castelló.
La funcionaria de la Organización Internacional del Trabajo, afirmó que el trabajo infantil es más agudo en los países que tienen una mayor situación de desigualdad o pobreza.
“En la OIT nos preocupa es el estado general y el fortalecimiento de las políticas. También se quiere compartir las buenas prácticas y aplicarlas en otros países. Todo está relacionado son la situaciones de pobreza y ahí hay que poner el foco”, señaló.
Para López Castelló, los trabajos más comunes entre los niños son trabajos agrícolas. “Hay algunas cifras que indican que en el caso de las adolescentes hacen trabajo doméstico. Eso también se ha incrementado durante la pandemia. También hay trabajo infantil en minería y en los servicios. Hay mucho tipo del trabajo infantil, incluso peligroso”, puntualizó.
