En Venezuela se han detectado varias vías desde dónde se han desincorporado piezas de hierro y aluminio o cualquiera que parezca material ferroso, para su posterior exportación. De esta manera, se logran captar recursos en dólares al aprovechar el alto precio de la chatarra en el mercado internacional.
Un reportaje de investigación de TalCual junto a reporteros de El Pitazo, en alianza con el Centro Internacional para Periodistas y CONNECTAS, devela que el proceso de desmantelamiento de equipos y plantas ha ocurrido en las siderúrgicas y en la industria petrolera estatales, pero también en obras en construcción abandonadas y en depósitos privados, lo que empeora la operatividad de las empresas y la calidad de la infraestructura del país.
Ahiana Figueroa, periodista de Tal Cual y Univisión Noticias, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“Lamentablemente desde hace dos años se está presentando en el país una situación que preocupa a los trabajadores de las industrias estatales del país. Se está desmantelando las plantas de las empresas siderúrgicas, es decir de las empresas de acero y de aluminio en Venezuela como Sidor, Venalum y Alcasa. Ellos han venido anunciando que se están desmantelando las celdas por donde pasa el acero caliente con la excusa de suplantar las piezas. No obstante, retiran las piezas y no las reponen. No ha habido ningún proceso de reposición”, dijo Figueroa.
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La periodista también comentó que se están viviendo una serie de situaciones en Venezuela por una serie de decretos que tienen que ver con los materiales ferrosos y que le da potestad al gobierno para poder controlar ese tipo de material.
“Luego de esos decretos comenzó una especie de plan en todo el país para buscar chatarra en cualquier lugar de Venezuela”, agregó.
Estamos en presencia del desmoronamiento de lo que quedó de las empresas de hierro como Sidor, uno de los orgullos de la democracia venezolana.
“Es un desmantelamiento de las plantas de estas empresas, ordenadas por las juntas directivas de las mismas empresas. Las piezas son llevadas a los puertos venezolanos, especialmente al de Guanta, en el estado Anzoátegui, para luego venderlas. Cuando la chatarra llega a los puertos para ser exportada a distintos países, sobre todo Turquía. Desde 2019 se comenzó una exportación masiva de chatarra a ese país”, añadió Figueroa.
La reportera señaló que los empleados han denunciado que el ingreso que se recibe por la exportación de la chatarra no está entrando en el presupuesto de la empresa.
Algo parecido está ocurriendo con los restos de la industria petrolera.
“Tenemos información de los trabajadores de la industria petrolera, quienes han afirmado que ante la caída de la producción petrolera, se le ha pagado a algunos acreedores con piezas inservibles de las instalaciones petroleras. En la Faja Petrolífera del Orinoco también se han desmantelado algunas partes de la infraestructura petrolera”, puntualizó la periodista.
