El fútbol americano no estará a salvo de los estragos de la pandemia. El partido más importante del año, y todas las tradiciones que se mueven alrededor del Super Bowl, deberán adaptarse a los tiempos del coronavirus.
La esperada gran fiesta deportiva en Estados Unidos, con una enorme proyección internacional; ha sido privada de la mayorÃa de sus actividades previas al gran partido.
El primer gran cambio se dio con el arribo de los equipo a la ciudad de Tampa, donde se disputa el Super Bowl este año. Lo habitual era que los equipos contendientes llegaran a la ciudad sede el lunes anterior al partido, pero este año será diferente.
Los Chiefs de Kansas City, campeones defensores del Super Bowl y de la Conferencia Americana (AFC), no llegarán a Tampa, casa de sus rivales los Buccaneers; hasta el sábado 6 de febrero, solo un dÃa antes del partido decisivo.
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La NFL también anunció que la mayorÃa de los eventos serán virtuales o se cancelarán por completo. Por ejemplo, las conferencias de prensa y entrevistas con jugadores y entrenadores, que tradicionalmente se desarrollaban en un salón que acogÃa a los medios de comunicación; esta vez se realizarán en lÃnea.
Sin embargo, aunque Estados Unidos sigue luchando contra la pandemia, algunas de las tradiciones del Super Bowl continuarán siendo válidas para un segmento importante de la población.
Asistencia al estadio limitada
La NFL completó un plan, tras consultar con las autoridades de salud pública, para permitir la asistencia de alrededor de 22.000 aficionados. 14.500 aficionados compraron el boleto, mientras que los otros 7.500 serán trabajadores de la salud vacunados.
Los aficionados deben sentarse principalmente en grupos de dos a cuatro personas, con algunos grupos de seis. Cada grupo tendrá tres asientos vacÃos a cada lado, sin nadie sentado directamente delante o detrás. El plan es que por cada grupo de aficionados no vacunados un grupo de trabajadores de la salud vacunados se siente en la fila de atrás, escalonados a un lado, en todo el estadio.
