La farmacéutica Moderna aseguró que su vacuna contra también funciona contra las variantes británica y sudafricana del coronavirus que han surgido en los últimos meses.
Según los resultados preliminares de las pruebas clínicas, la vacuna de Moderna «muestra actividad contra las cepas emergentes del SARS-CoV-2».
La concentración de anticuerpos en el caso de la variante británica no se reduce, mientras que en el caso de la variante surafricana es seis veces menor; aunque por encima de los niveles necesarios para ofrecer protección.
A través de un comunicado, la farmacéutica indicó que está desarrollando una variante de su vacuna solo para la cepa sudafricana.
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Las variantes del coronavirus analizadas por Moderna son la B.1.1.7 y la B.1.351, identificadas en Reino Unido y Suráfrica. Los análisis de estas cepas han reflejado que son más virulentas y contagiosas que las que hasta ahora han sido dominantes en el mundo.
Moderna detalló que este estudio de la efectividad de su vacuna ha sido desarrollado en base en muestras de sangre de ocho personas que han recibido dos dosis de su vacuna; y también dos monos que han sido inmunizados.
El estudio se realizó en colaboración con el centro de investigación de vacunas del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), parte de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) estadounidenses.
Asimismo, Moderna anunció que ampliará sus estudios clínicos de la vacuna para analizar la respuesta inmunológica frente a nuevas cepas del SARS-CoV-2. La farmacéutica realizará análisis sobre la respuesta a nuevas inyecciones, además de las dos que inicialmente han demostrado una eficacia del 94,1 % contra el coronavirus.
Asimismo, iniciará pruebas clínicas de una variantes de su vacuna de ARN mensajero indicada específicamente para la variante sudafricana.
