Los ciudadanos de Georgia comenzaron este martes una jornada en la que se decidirá qué fuerza política tendrá mayoría en el Senado de Estados Unidos.
En Georgia, donde Biden fue el primer triunfador demócrata desde 1992, ninguno de los candidatos al Senado obtuvo una mayoría suficiente. La ley electoral establece una segunda vuelta, que pone en juego la mayoría que el partido Republicano ha mantenido en la Cámara Alta del Congreso federal durante varias legislaturas.
En la votación de noviembre los republicanos obtuvieron 50 curules en el Senado y los demócratas aumentaron uno a los que tenían, para lograr un total de 48.
Si los candidatos demócratas ganan en Georgia, habrá un empate de 50 escaños en la Cámara Alta estadounidense; lo cual dejaría las decisiones mayores en manos de la vicepresidenta electa, Kamala Harris.
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En el estado hay 7,6 millones de votantes registrados, de los cuales unos 4,8 millones de ciudadanos concurrieron a sufragar en noviembre.
Se espera que la participación sea excepcionalmente alta, con más de 3 millones de sufragios que ya han sido emitidos en la votación anticipada. Lo más probable es que los ganadores no se sepan en la noche electoral, dependiendo de lo ajustado de los resultados, tal cual como ocurrió en los comicios presidenciales de noviembre.
El promedio de encuestas de 270towin.com otorgan una leve ventaja a los candidatos demócratas. Raphael Warnock, un pastor de una iglesia de Atlanta, cuenta con 50.2% de respaldo frente al 47% de la republicana Kelly Loeffler.
En la otra contienda, el demócrata Jon Ossof, un exfuncionario legislativo y periodista, compite por un puesto en el Senado federal con David Purdue; un empresario cuyo mandato en la Cámara Alta de Estados Unidos concluyó el domingo pasado.