El martes 1 de diciembre, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cumplió tres años de estar en el poder, y no ha escapado de polémicas en muchos aspectos.
En temas de salud, el gobierno decidió cambiar de golpe y sin transición adecuada la manera de organizar los hospitales públicos del país. Desapareció el Seguro Popular y dio paso al Instituto de Salud para el Bienestar. El resultado fue un desabastecimiento de medicamentos y un repunte en las quejas por falta de atención médica
En temas económicos, generó mucha desconfianza entre los empresarios y frenó las inversiones.
Cuando llegó al poder, la promesa era un cambio de régimen, una “purificación” de la vida política, una transformación a la altura de las más grandes gestas históricas mexicanas, algo que no se ha visto hasta el momento.
José Ignacio Rasso, analista político, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“López Obrador llegó de una forma democrática, pero eso no necesariamente lo hace un demócrata. Claramente es un gobierno que tiene un bono de paciencia por una sociedad que ha vivido abandonada y con hartazgo de la clase política, por eso ha seguido operando. Es un gobierno lleno de intenciones, pero de malos resultados. Uno de los principales éxitos ha sido el manejo de la percepción por encima de la realidad. La narrativa ha propiciado que López Obrador mantenga altos niveles de popularidad. Es un gobierno soberbio en sus acciones y en la autocrítica. Muchas veces se guía por parte del resentimiento, que ha nublado muchas de sus intenciones que eran correctas”, dijo Rasso.
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Para el analista el gobierno de López Obrador ha tenido proyectos “faraónicos” y ha destinado gran parte de los recursos que han limitado el éxito de la gestión.
“Ha sido afectado por la pandemia como muchos otros gobiernos, pero estoy convencido de que en México no se ha manejado de la mejor manera la crisis sanitaria. También se ha priorizado el manejo político por encima de la ciencia. Es un gobierno que ha despreciado la técnica”, agregó.
Rasso enfatizó que López Obrador es un mandatario soberbio y petulante.
“Hace unos días afirmó que sabía lo que le convenía al país. Es una frase sumamente profunda, porque habla de la gran soberbia del presidente. Lo que trata López Obrador es dividir a los mexicanos entre buenos y malos. La polarización en México ya existía, pero ahora está avalada por el presidente”, apuntó.
En estos momentos el periodo presidencial de López Obrador está justamente a la mitad. Todavía le quedan tres años por gobernar.
“Hay muchas cosas pendientes. Claramente el presidente se ha dado cuenta que los resultados no son los esperados en términos de seguridad pública, en salud, y en otros temas importantes. El presidente se ha debilitado y tendrá que recaer en el control de la narrativa para seguir vendiendo ilusiones”, expuso el experto.
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