La encargada para América Latina del ministerio de Asuntos Exteriores de España, Cristina Gallach, llegó a Venezuela para apoyar un diálogo en pro de «una solución política a la crisis del país caribeño», informaron este domingo ambos gobiernos.
Gallach, secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe, amplió su gira centroamericana, agregando una parada en Venezuela de dos días, oficialmente se abre el día de hoy según un comunicado de la cancillería española. La diplomática estuvo previamente en El Salvador, Guatemala, Costa Rica y Panamá.
Gallach, apuntó en Madrid, que la visita cumplirá con «el objetivo» de «interesarse por la respuesta humanitaria a la pandemia del covid-19, así como apoyar el diálogo nacional para la búsqueda de una solución política a la crisis venezolana».
El especialista en derecho internacional, Emilio Figueredo, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“El objetivo de Gallach es tratar de recuperar una posición que España ha venido perdiendo en el seno de Europa, gracias a sus contradicciones y acciones de Josep Borrell al frente de Europa. Tiende a ver ahora, buscar a alguien de más importancia para resolver el conflicto de Venezuela, porque España ha tenido conductas ambivalentes. Un ejemplo de ello, es que España haya invitado a Nicolás Maduro a la Cumbre Iberoamericana”, dijo Figueredo.
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Para el analista, la ambivalencia española ha escalado en diferentes niveles. “No solo está la actitud del gobierno de Sánchez y de la gente de Podemos. También están las acciones de Borrell, José Luis Rodríguez Zapatero y el mismo Baltazar Garzón. España tuvo el privilegio de ser el único interlocutor de Europa con Latinoamérica. Eso ha cambiado actualmente”, agregó.
Figueredo también destacó que el diálogo que se está propiciando para la resolución del conflicto venezolano, es una negociación amplia entre Estados Unidos, la Unión Europea, el Grupo de Lima, Rusia y China.
“La única negociación que podría existir proviene de la operación tenazas. Por un lado está el incremento de la presión que están haciendo Estados Unidos, Unión Europea y Grupo de Lima, y del otro lado está Rusia y China que ya no prestarán más dinero a Maduro.
