Estados Unidos abrió este lunes una nueva etapa en su política exterior hacia Afganistán. Con el traslado de su misión diplomática a Catar, condicionó una hipotética relación con el futuro Gobierno talibán.
Anthony Blinken indicó que se creará un nuevo equipo diplomático para instalar la misión en Doha, que estará capitaneado por el que ha sido hasta ahora el encargado de negocios de la embajada en Kabul, Ross Wilson.
Ariel Segal, analista político e internacional, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
“En Afganistán solo queda una presencia muy reducida de militares estadounidenses, pero hay un agravante. Hay que recordar que los talibanes tomaron bases militares de la OTAN y se jactaron al mostrar los armamentos estadounidenses. Eso no ocurrió cuando los talibanes derrotaron a la Unión Soviética en la década de los 90. Estamos hablando que los talibanes ahora disponen de aviones y se comienza a evaluar de cuál será ahora su verdadero poder desde el punto de vista militar”, dijo Segal.
Para el analista, este poder militar será usado para enfrentar a los enemigos de los talibanes. “Hay que recordar que hay una provincia en Afganistán, donde se encuentra el que era el vicepresidente del gobierno y donde hay una resistencia contra los talibanes. El vicepresidente se autoproclamó como el presidente interino. Hay varios grupos que se oponen a los talibanes. Ellos controlan gran parte del país, pero no en su totalidad”.
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Segal también comentó la importancia geopolítica que significa Afganistán en el Medio Oriente en el mundo.
“Tiene frontera común con Pakistán, el segundo país con más musulmanes en el mundo y es muy complejo, pero que tiene un enorme ejército. El servicio de inteligencia de Pakistán a veces juega a favor del islam radical y otras veces a favor de occidente. La importancia de Pakistán es que tiene armamento nuclear, que si llega a caer en manos de los talibanes sería una amenaza mundial. Afganistán también tiene frontera con países de lo que fue la Unión Soviética y tienen muy cercano a Rusia. China no está cercana, pero tiene mucho interés en los minerales de Afganistán y quieren incluir el territorio en la nueva ruta de la seda”, indicó el experto.
La abrupta salida de Afganistán ha sido una derrota para Estados Unidos, la Unión Europea, la OTAN y todo el mundo occidental, que será aprovechada por los chinos y rusos.
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“Lo primero que le espera a los afganos es la tiranía religiosa extremista, eso ya lo vimos en los años 90. No obstante, no sabemos cuánta es la presencia de Isis en Afganistán. También hay presencia de Al-Qaeda y ninguno de estos grupos congenia entre sí. Lo más probable es que haya una guerra civil y una lucha de intereses por dominar el gobierno talibán. El gran enigma es el tema de Pakistán y la posición que asuma, porque tiene que hacer el juego de estar en contra del terrorismo, pero no actuar contra los talibanes”, añadió.
Luego de 20 años de guerra, en la que la intención de los Estados Unidos era combatir el terrorismo y reducir las amenazas de atentados a occidente, regresan las fuerzas de los talibanes y los grupos terroristas a controlar el territorio afgano.
“Si los talibanes permiten la presencia de los miembros de Al-Qaeda y de Isis, la amenaza para occidente crece. Por otro lado, el gobierno talibán entiende que parte de la razón por la que no tuvieron tanta simpatía para gobernar la primera vez es porque estaban dedicaos a la guerra. A ellos les convienen buena relación con Rusia, China y una mínima relación con occidente. Ellos no han cambiado, pero pueden ser más pragmáticos”, puntualizó Segal.
