Este domingo se realizaron las elecciones regionales y municipales en Venezuela bajo la observación de la Unión Europea. Fueron los primeros comicios electorales en los que participaron los partidos de oposición desde 2018.
Los opositores que se presentaron en las elecciones consideran que su participación y presencia en la vida política del país es la única vía para reconstruir la democracia y plantearse un camino hacia unas presidenciales o un revocatorio contra Nicolás Maduro. Otros opositores consideraron que haber participado en los comicios legitima a Maduro en el cargo.
El CNE reportó una participación de 41,80% este domingo. El Partido Socialista de Venezuela (PSUV) se llevó la alcaldía de Caracas y las gobernaciones de Amazonas, Anzoátegui, Apure, Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Delta Amacuro, Falcón, Guárico, Lara, La Guaira, Mérida, Miranda, Monagas, Portuguesa, Sucre, Táchira, Trujillo y Yaracuy.
Por su parte, la oposición solo logró 3 estados de las 23 gobernaciones (Cojedes, Nueva Esparta y Zulia).
John Magdaleno, politólogo y director de la Consultora Polity, abordó el tema en el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón.
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“La primera impresión y la más sencilla de demostrar, es que si la oposición venezolana se hubiese organizado y coordinado estratégicamente un tanto mejor, hubiera logrado entre 8 y 10 gobernaciones, al menos. Los números solo hablan de tres gobernaciones, pero en cinco estados los números han estado muy reñidos y de hecho existe la posibilidad de que algunos de esos tres pudieran cambiar en el transcurso de las próximas horas. Es decir, la primera conclusión es que sin coordinación estratégica y sin organización, los resultados serán mediocres. Otra conclusión, es que no es verdad que la elección es un instrumento inútil, incluso ante un régimen autoritario, si se hubiera tomado la decisión de votar con más antelación, el resultado hubiera sido mejor”, dijo Magdaleno.
La abstención jugó un rol fundamental. Ha sido la más alta en mucho tiempo. Dentro de esta abstención hay que contar los más de cuatro millones de venezolanos inscritos en el Consejo Nacional Electoral y que han salido del país.
“Hay que hacer varias precisiones. Usualmente la abstención es elevada en elecciones estadales y locales. La primera elección regional que se celebró en el año 89 en Venezuela, tuvo como abstención el 54%. Esto permite dimensionar el comportamiento de los venezolanos en este tipo de comicios. La abstención en las elecciones de 2017 fue de 39% y en las municipales se dispara 53%. Se trata de la abstención más elevada para este tipo de consulta”, apuntó el analista.
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Uno de los rectores principales del Consejo Nacional Electoral, Roberto Picón, hizo la observación de que ningún partido es realmente mayoritario.
“Los números así lo indican. Sospecho que sumando la votación de los distintos sectores de oposición se obtiene mayoría electoral. Esto habla de una fuerza social latente cuya energía no ha sido canalizada, organizada y coordinada. No obstante, ahí está una mayoría social. La pregunta es cómo se va a aprovechar, quien la moviliza, estructura y organiza. No es verdad que el chavismo es mayoría, ahí están los números”, enfatizó Magdaleno.
El chavismo en Venezuela ya no es mayoría, pero la oposición está muy fracturada. Al menos tres factores de oposición participaron en las elecciones y otro sector muy importante llamó a la abstención.
“No veo factible que todos esos factores se pongan de acuerdo, ni tampoco creo que sería lo conveniente. En mi opinión, hay que trabajar en dos direcciones muy concretas. El primer desafío es que la oposición requiere constituir una nueva plataforma con reglas de juego para dirimir sus diferencias y llegar a acuerdos básicos de estrategia. Mientras más se siga dilatando el debate de la estrategia, será muy difícil que se reconstruya la plataforma. Hay que aprender de los errores de la Mesa de la Unidad y trascender del tema electoral, se requiere una conducción política y no solo electoral. El segundo desafío es que se debe construir un poderoso movimiento social de escala nacional que se dedique a la movilización no violenta. Para hacer frente a un presunto fraude electoral, hay que elevarle el costo a la coalición dominante y la forma de hacerlo es movilizar masivamente a la gente”, agregó.
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Para el experto una estrategia exitosa para recuperar la democracia en Venezuela pasa por colocar a los venezolanos como sujetos de cambio.
“Ya no hay que hablar de fuerzas multinacional, golpes de Estado ni extravagancias armadas como la Operación Gedeón. Eso no nos va a aproximar al cambio. Tenemos que convertirnos en sujetos del cambio. Una estrategia exitosa debe partir de esa premisa esencial”, destacó.
Las gobernaciones de la oposición fueron ganadas por tres líderes del pasado, dejando a los liderazgos de Leopoldo López, Henrique Capriles, Juan Guaidó, Carlos Ocariz, Julio Borges, entre otros.
“Hay una vieja expresión, de que en política no hay muertos. Lo que hay son unos nuevos desafíos para la dirección política en general. Los que planteen propuestas más asertivas y que conecten con la gente, son los que van a poder llegar a mantener una visibilidad. Hay que exigirle más al liderazgo”, puntualizó.
