Después de una conversación con Vladimir Putin, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, manifestó que el fin de la guerra está “muy lejos”, y también afirmó que no hay un alto al fuego a la vista, a pesar de que Ucrania ha reconquistado territorio y hecho retroceder al ejército ruso.
César Niño, profesor de relaciones internacionales y PhD en derecho internacional, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“Creo que la conversación con Putin tuvo que haber pasado por momentos de mucha tensión, con argumentos y contraargumentos en relación al alto al fuego. No obstante, esta guerra no va a terminar hasta que Putin la termine. El punto de inflexión no es la recuperación de terreno del ejército ucraniano, que es una gesta ante uno de los ejércitos más grandes del mundo. No obstante, la hipótesis nuclear sigue estando a la orden del día”, dijo Niño.
Para el experto, la hipótesis nuclear es de gran calado y cualquier disposición es de gran complejidad.
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“Las líneas rojas son las motivaciones de Putin para que continúe la ofensiva contra Ucrania. Lo peor que puede pasar es el sentimiento de derrota que puede estar experimentando Putin, y eso puede generar otras acciones que hoy en día no hemos sospechado”, apuntó.
Muchos especialistas han dicho que mientras que Putin esté acorralado, lejos de negociar reaccionará con más violencia.
“Comparto esa opinión por que nos estamos enfrentando a una dictadura y autocracia que ha concebido la idea de hacer la guerra al estilo del siglo XVIII en pleno siglo XXI. Las instituciones internacionales no son para Putin un canal para relacionamiento, sino un obstáculo para su proyecto expansionista. Esta es una visión imperial, y los imperios tienen un comportamiento menos asociado a los comportamientos democráticos. Estamos enfrentándonos a una dictadura y a dos discursos diferentes, un discurso autocrático y un discurso democrático”, agregó.
Finalmente, Niño destacó que Rusia es una autocracia con armas nucleares y Putin se va acorralando.
“Vamos a ver hasta qué punto las élites en Rusia pueden hacer presión para que el presidente Putin pueda echar para atrás algunas de sus decisiones. Un presidente acorralado con armas nucleares, es una gran amenaza para la paz internacional”, puntualizó.
